Tres intoxicados en el segundo fuego en 24 horas en avenida de La Habana de Ourense

Un nuevo incendio en un edificio de la avenida de La Habana, el segundo en menos de 24 horas, movilizó a los servicios de emergencias en Ourense. Ayer, el ático del número 57 de la calle comenzó a arder y tres personas resultaron heridas por la inhalación de humo.

Es el tercer caso de un fuego en vivienda en la provincia en apenas tres días. El lunes, las llamas en una casa de O Barco acababan con la vida de un hombre de 52 años que estaba en silla de ruedas. El martes, dos instaladores de sistemas de calefacción le salvaban la vida a una señora de 97 años que se había quedado atrapada al arder un radiador eléctrico con paños encima y, ayer, otro incendio reunía a más de 100 personas en la avenida de La Habana, entre desalojados, afectados y curiosos. Desde Emergencias advierten: “Hay un patrón. En invierno los fuegos aumentan. Pasamos de registrar 260 en febrero de 2022 a ninguno en mayo, en toda Galicia”, señala José Antonio Argibay, técnico de operaciones y logística en la Agencia Galega de Emerxencias.

En el suceso de ayer no hubo víctimas mortales, pero la rápida intervención de un agente fuera de servicio fue clave para lograrlo. Un policía nacional que disfrutaba de un día libre vio el humo desde la calle y decidió entrar en el edificio. Subió hasta el noveno (el ático) y entró en la vivienda. Allí se encontró a una mujer inconsciente, alertó al resto de familiares y salió con ella en brazos. Después volvió para auxiliar al resto de personas. Mientras esto ocurría, el agente no perdía el contacto con la sala del 091, que ya había enviado efectivos al lugar.

Elvira (25 años) estaba en el piso que se incendió, en el que suelen residir siete personas, aunque ayer estaban seis. La evacuaron junto a su hermano y su novio tras despertarla cuando todavía dormía: “La mujer de mi padre es mayor y se cae mucho. Creemos que ayer se precipitó con un vaso de agua sobre los cables del wifi. Olía mucho a plástico quemado y el humo era muy negro. Mi padre y mi tía nos despertaron a gritos y nos sacaron”, recuerda. Los bomberos sofocaron el fuego pero el salón y el dormitorio principal quedaron completamente calcinados. El resto, pese a no haberse quemado, quedó inservible por los daños que causó el humo.

Las mascotas

En la casa estaban los dos hermanos, el novio de Elvira, su tía, su padre y la mujer de este. Al escapar, uno de los jóvenes cogió al perro y lo sacó de allí, pero perdió la pista de su otra mascota: un gato. “Espero que se haya podido escapar por el tejado y siga vivo”, decía Elvira entre lágrimas. Horas más tarde, los bomberos lograron acceder al edificio y consiguieron salvarlo. Lo encontraron en una habitación que no estaba afectada.

Tras una primera intervención de los servicios sanitarios, la familia fue atendida por Emergencias. Les dieron café, mantas (algunos bajaron con lo puesto, sin zapatos) y estudiaron con ellos como ventilar las estancias.

Además de atender a tres personas de este ático, tuvieron que sacar del primer piso a una señora de avanzada edad que estaba en silla de ruedas. El humo ascendía por el conducto del edificio, por lo que durante el rescate se llenó la cara de cenizas.

Por la tarde, los bomberos regresaron al edificio a revisar la vivienda (por si pudiese volver a prender). En el operativo participó la totalidad de los bomberos de turno (10). Llevaron dos motobombas y un camión con escalera, necesario para rescates en altura. En la ciudad solo hay dos vehículos de este tipo que, el pasado viernes, estuvieron a la vez inoperativos por fallos técnicos que el BNG achacó a la falta de mantenimiento.