La inflación desbocada hunde las donaciones de alimentos

La “Operación Quilo” concluye con casi un 40% menos de comida recibida que el año pasado

La inflación disparada en los precios los alimentos pasa factura a la solidaridad de las familias ourensanas, obligadas a apretarse el cinturón, y pone en jaque el sostenimiento de las entidades sociales, como Cáritas, que lanzan un SOS ante un invierno que pone contra las cuerdas y amenaza la sostenibilidad del comedor social. 

El alza continuada de los precios de los productos de alimentación ha causado un desplome histórico de la recogida de alimentos en la tradicional Operación Quilo, un evento solidario que organiza cada Navidad la Asociación Xuvenil Amencer y que dona a Cáritas Parroquial.

Este viernes se cerró la campaña de Navidad, con 9.768 kilos de alimentos recogidos en la ciudad y alrededores, la cifra más baja de los últimos años y un 37% menos de lo recolectado en la campaña navideña de 2021, cuando recogieron casi seis toneladas más (15.509 kilos). Las cifras se han desplomado también en relación a 2020 (19.965 kilos) y 2019 (21.685), y suponen un tercio menos de lo recogido en 2018, cuando en este periodo los ourensanos donaron hasta 27.917 kilos de comida. 

En contraposición, la Operación Quilo, que se cerró con la entrega de lo recogido a Cáritas por parte de los voluntarios de Amencer, notó un repunte de juguetes (6.200 kilos en 2022 frente a 5.620 de 2021) y una caída en ropa (9.200 kilos frente a los más de 15.000 de 2021). También se recibieron 9.485 euros en metálico, cantidad similar al año anterior. 

En todo caso, se ha conseguido ayudar a 1.285 familias formadas por 3.408 personas, a través de 18 Cáritas Parroquiales. 

Xulio Iglesias, director de Amencer, resalta que la Operación Quilo no tiene “grandes provedores” sino que vive de las “clases medias”, por lo que la inflación se nota: “Se antes unha familia doaba cinco quilos, agora doa 3. Víase que se nun súper iamos dúas veces á semana e tiñamos dous carros cheos, este ano eran medio ou un”. En todo caso, califica como “éxito” la campaña por la gran participación, “a gran cantidade de xente nova que colabora e tamén o grupo de adultos, iso segue aumentando”.

Las peticiones de ayuda se quintuplican y el comedor social es “insostenible”

Cáritas advierte de que el comedor social se acerca a una situación “insostenible” ante el alza de usuarios. Se preparan ya 500 menús diarios de forma regular, y no sabrán cuánto tiempo podrán seguir manteniendo el servicio. Mientras, las familias atendidas en algunas parroquias de la ciudad multiplica por cinco hoy la cifra que se daba el pasado mes de abril.

José Ángel Feijóo Mirón, delegado episcopal de Cáritas, hace un llamamiento “muy serio” a las administraciones, pero también a los particulares: “Estamos en una situación muy compleja y llegará un momento que será imposible seguir atendiendo a tanta gente en el comedor. Hay un momento en que la Administración tiene que pensar en atender a tanta gente como nos está llegada, los recursos privados no dan abasto”, señala Mirón”. 

También en las parroquias se vive al límite. Las donaciones no dan abasto para cubrir la demanda. Sin querer caer en el fatalismo, transmite que la Navidad “está siendo muy dura”, al dispararse las peticiones de ayuda y los problemas para poner la calefacción: “Se nos han disparado las peticiones de ayuda para butano y para recibir mantas”. Como ejemplo, señala que en Santa Eufemia, en abril había 25 familias que pedían ayuda y a día de hoy la cifra ya está en 120, casi cinco veces: “Los recursos no dan más de sí”.

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