Los consumidores menos previsores para abastecerse de los productos más típicos en las cenas y comidas navideñas se han enfrentado a un incremento exponencial de precios, ya altos previamente debido a la inflación.
En solo tres semanas, los precios ya se han encarecido de media un 30% en seis de los productos estrella analizados por este periódico, especialmente influidos por el alza que afecta a los mariscos, cuyo coste medio ha sufrido un incremento espectacular en algunas especies debido al temporal. Así, se experimentan aumentos de más del 50% en productos como el centollo y el kilo del percebe llega a los 300 euros.
Aunque los incrementos tendieron a moderarse en los últimos días, siguen aupando las etiquetas a valores históricos, salvo en alimentos congelados, como los langostinos, que incluso se venden más baratos que en 2021. En la lista de la compra de los ourensanos para las cenas y comidas de estas fiestas, ganan protagonismo productos como el lacón asado, más económico, al igual que el cordero o el cabrito, que comparado con la Navidad pasada suben poco.
El termómetro alimentario, la Plaza de Abastos de la ciudad, tiene marcado como día fuerte la víspera de Nochebuena, la jornada más importante en cuanto a afluencia de clientes para los placeros, que también abren el sábado 24 hasta las tres de la tarde. Los negocios del principal mercado de la ciudad notan cómo se han recuperado de manera definitiva las cenas de Navidad con más encargos. Y señalan un incremento del gasto por persona.
El desembolso medio por cliente que estiman los comerciantes para estas Navidades oscila entre los 150 y los 220 euros. A pesar de que no se alcanzaron las expectativas de inflación previstas, reconocen subidas en algunos productos.
Los favoritos en las listas de la compra de los clientes de la Plaza son el cabrito y el cordero, la centolla y la nécora, la lubina y la merluza y, en congelados, bacalao y langostinos. Además, perciben el crecimiento de ventas de empanada y productos como tablas de ibéricos y quesos para servir como entrante.
“As mercancías, ao haber menos ‘stock’, soben de prezo”. Así resume el funcionamiento de la oferta y la demanda Luis Fontenla, de Pescadería Luis Fontenla, uno de los negocios de la Plaza de Abastos. El mal tiempo está afectando a la recogida del pescado y el marisco, al mantener la flota amarrada en los puertos. La falta de nuevo producto infla las cifras por las que se venden los productos del mar.
Los precios suben. Pero el que se dispara es el del percebe. “Está supercaro. Co mal tempo que hai non poden acceder a el, o mar está moi bravo, moi picado. Hai algún, pero carísimo”, dice. No es una exageración: los percebes llegan a alcanzar precios tan desorbitados estos días como el de 300 euros por kilo. Uno de los mariscos estrella, la centolla, ronda los 45 o 50 euros/kilo, un alza superior al 50% respecto a los 30 euros de finales de noviembre.
Mónica Falcón, de pescados Paulino, también señala el temporal como uno de los factores que impulsa el coste. De marisco “hay poco y caro”. La almeja barata que estaba a 13 euros hace tres semanas se encontraba estos días ya a 17 (un 30% más). La merluza rondaba los 15 euros, por encima de los 12 de finales del mes pasado (un 25% por encima) y el lomo de bacalao pasó en 20 días de 15 a 18 euros/kilo.
Las carnes también subieron en la recta final. El cordero llega e incluso supera los 20 euros por kilo, un 25% más en un mes (estaba a 16 euros), y el cabrito se posiciona en torno a los 26, un crecimiento similar. María Paz Lloves, de Carnicerías Milucho, confirma que los clientes compran: “Hai moitos encargos”. El que empieza a ganar su sitio es el lacón.
“Véndense moitos lacóns para asar”. ¿El motivo? Su precio más económico, que no llega a 5 euros por kilo -uno puede pesar entre tres y siete kilogramos-. María, de O Porco de Pé, percibe una situación peor: “El precio está muy alto comparado con otros años.
Están vendiendo el cordero a 20 euros, y acaba de estar a 12 o 13…”. Y confirma que el lacón gana protagonismo al ser más asequible: “Sí que es cierto que otros años pedían piezas específicas, iban más a ternera, redondo, solomillo… y este año el lacón asado despuntó”.
Incluso afirma tener problemas para conseguir el producto. Pero, a fin de cuentas, después de dos años de restricciones “la gente gasta igual. Quien quiere cordero, lo paga”. Respecto al año pasado, la patata crece un 20,5%; la carne de ave, como el pollo o el capón de Vilalba, un 16,6%, y registran también subidas en las legumbres y hortalizas frescas. El vino asciende un 9% y ni los puros se libran de la subida.
