La mala cosecha de castaña en Ourense agrava el magosto más caro

Una mujer observa el género en una carnicería de la Praza de Abastos número 1.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Una mujer observa el género en una carnicería de la Praza de Abastos número 1. Foto: Xesús Fariñas
La castaña en Ourense llega a rondar los 7 euros y productos como la carne, la bica o el vino incrementan su coste

Los ourensanos deberán rascarse el bolsillo para celebrar este San Martiño. El magosto será uno de los más caros: la inflación hinchó las etiquetas de los productos típicos de estas fechas. A esto se le suma una mala cosecha de castaña. Aunque la meteorología respetó los soutos hasta octubre, el calor anormal para la época y las lluvias del mes pasado echaron por tierra una campaña que apuntaba buena. Y eso se nota en las carteras.

El precio del kilo de castaña oscila dependiendo de la calidad. El fruto en peores condiciones se puede adquirir por algo menos de 3 euros el kilo. Sin embargo, las variantes de mayor calidad se disparan hasta los 6 o 7 euros, lo que las sitúa en un rango superior al año pasado.

El magosto, eso sí, no solo consiste en comer castañas. Aquí llega una segunda decepción para el consumidor: alimentos como la carne, el vino, la bica o incluso las bebidas espirituosas también han visto subidas de precios. Por ejemplo, los chorizos. Un paquete de tres ronda los 2,50 euros en un céntrico supermercado de la ciudad.

La costilla de cerdo para churrasco exige una inversión de casi 8 euros. Una tradicional bica de 1.200 gramos puede suponer un desembolso en torno a los 13 euros. Por último, mojar los labios en licor café requiere pagar, de media, unos 8 euros por cada botella de 700 mililitros.

Estos gastos crecientes se ven avalados por la subida del índice de precios de consumo, el IPC. Según los últimos datos de este marcador, el coste de los alimentos creció un 10,3% desde el noviembre pasado. Las bebidas alcohólicas, como el vino y el licor, se encarecieron un 4%. Todavía más acusada es la comparativa con el último magosto prepandemia, el de 2019. Respecto a aquel entonces, los precios de los alimentos se dispararon un 30,5% y los del alcohol, un 14,1%.

"Non é o doutros anos"

En la Praza de Abastos número 1 de la ciudad, los comerciantes no sucumben al pesimismo. “Non se pode queixar un, tal e como están os tempos. A vida cada día sube máis”, asevera Margarita Otero, de Frutas Margarita. Los pequeños negocios perciben cierta reducción de la demanda, si se compara con los magostos anteriores. “Para o magosto, algo van levando”, dice Margarita. Pero “non é o doutros anos”, añade la frutera: “Cada ano a xente está máis apretadiña”.

Ante la mala calidad de parte del producto, Margarita optó por cribar la mercancía y dejar solo las buenas. “Se non lle quitase as malas que trae, ó mellor podíaa vender a un pouquiño menos. Pero toda a que vexo mala quítoa, e claro, a mala pagueina como a boa”. Razona una explicación: “A castaña estaba quente de tanto calor, e ó chover, por dentro púxose fatal”.

En el puesto de Industrias Rebollo, Teresa percibe el mayor interés de los ourensanos por comprar carne con la llegada de estas fechas. Las viandas del cerdo son las más apreciadas y tradicionales del magosto. No obstante, los ourensanos abren la óptica. “A xente tamén combina. O máis típico é a costela de porco. Moita xente, aparte da costela e da panceta, tamén pon costela de tenreira, zanco de polo…”, observa. Y es que en el negocio aprecian la llegada de fiestas como esta, ya que estimulan las compras: “Estes picos de consumo sempre veñen ben”. 

El encarecimiento de los productos tradicionales del San Martiño, en todo caso, no parece ser un impedimento para que los ourensanos se dispongan a asar las castañas y los chorizos mañana. Aunque tengan que pagar más. Como dice Teresa, “barato non está, pero temos ganas de celebracións e de festas, entón…”

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