La mayoría de las líneas del bus urbano no logran cumplir su horario oficial. Al menos 16 de los 30 servicios activos en la ciudad acumulan retrasos cada día, sin que los conductores puedan evitarlo. El comité de empresa, de hecho, ya ha reclamado en numerosas ocasiones al Grupo Avanza -la concesionaria del transporte urbano- modificar los horarios para asegurar un servicio de calidad, tanto en la conducción como en la atención al público. Los trabajadores aseguran que es “imposible” cubrir los tiempos de los trayectos actuales, y lamentan la improvisación e “incapacidad” de los responsables del transporte en los últimos años.
Por su parte, los pasajeros se ven obligados a asumir retrasos diarios o, en el peor de los casos, perder el autobús. “Cando se acumula un retraso considerable, a fórmula para poñer en hora o servizo é cambiar a ruta na volta para arranxar o desfase e retomar noutra parte do traxecto”, explica Anselmo Iglesias, delegado sindical de la CIG en el comité de empresa. En ocasiones, los conductores sí realizan las paradas de la línea para que los viajeros desciendan, pero en modo “fuera de servicio” y sin recoger a las personas que están esperando. La única opción para aquellos que se quedan “tirados” en la parada es esperar a que llegue otro autobús que realice un trayecto similar, con el consiguiente perjuicio y tiempo de espera.
En particular, las líneas que actualmente incumplen los horarios son la 1, 2, 3, 4, 33, 14, 22, 6A, 6B, 11A, 11B, 13A, 13B, C17, 25A y 25B.
Las causas
Los límites de velocidad a 30 km por hora en la mayoría de las calles, el incremento del tráfico rodado en la ciudad y el aumento de la demanda (derivado de la bajada de precio de los billetes) son las principales causas de los retrasos. El comité de empresa ve necesario reorganizar el servicio para adaptarse al nuevo escenario urbano y evitar así conducciones bajo un “estrés constante” para los trabajadores. “Estes horarios foron deseñados hai 25 anos, cando a cidade era outra, e case non houbo modificacións dende entón”, recuerda Iglesias.
En este sentido, la concesionaria reconoce que los cambios de la ciudad están afectando a los tiempos del transporte urbano, y se muestra favorable a una posible readaptación de las líneas. “Aprovechando la incorporación de la nueva flota, y con la entrada de los nuevos buses Isuzu que se incorporarán en las próximas semanas, está planteado realizar un análisis de los tiempos para trabajar en esta cuestión junto al comité de empresa”, explica José María Díaz, gerente de Urbanos de Ourense. Cabe destacar que el alcalde de la ciudad, Gonzalo Pérez Jácome, prometió desde el inicio de su mandato reorganizar las líneas para ajustarse a las necesidades, pero la propuesta no se ha materializado.
Estrés
Los trabajadores aseguran que “é imposible” prestar un servicio de calidad bajo las condiciones actuales, y hablan del estrés continuo durante el turno laboral. “Con estes tempos de traxecto non hai tempo para ir ao servicio ou estirar as pernas, toda a xornada está suxeita á tensión de cumprir uns horarios inasumibles”, relata Anselmo Iglesias. “Son líneas obsoletas, sen descanso para os traballadores”, apuntan desde CCOO.
Los trayectos más largos son los que más dificultades presentan, como O Viso-Cumial (línea 14) o Estación de buses antigua-Residencia (línea 6A). Ambos servicios cuentan con una elevada demanda, lo que incrementa todavía más los tiempos en las paradas. “E hai que ter en conta o número moi elevado de usuarios da terceira idade, xa que hai que pararse máis tempo con eles para que poidan baixar e subir”, señala Iglesias.
Los horarios obsoletos de las líneas se suman a otras quejas reiteradas entre los conductores, tales como la falta de baños habilitados durante la jornada laboral o los fallos en los sistemas electrónicos de los nuevos vehículos. “Os servizos de intercomunicación dos buses cos paneis das paradas e a megafonía non funcionan”, critican desde CCOO.
