Navidad en Ourense

Melchor a pie y mucho carnaval en la Cabalgata de Reyes en Ourense

photo_camera Los Reyes Magos de Oriente recorrieron este jueves las calles de la ciudad para repartir ilusión y caramelos entre los asistentes en la Cabalgata.
La Policía, repartiendo caramelos sin carroza, y los bomberos de Ourense, fueron los grandes protagonistas de una cabalgata que supo a poco. Los dromedarios, agotados, obligaron a los Magos a llegar a pie al fin del recorrido: la Plaza Mayor. 

Ni los dragones, ni los romanos ni las patinadoras con zancos. Los auténticos protagonistas de la Cabalgata de Reyes de este año en la ciudad fueron las fuerzas del orden: la Policía Local y la Policía Nacional, sin carroza, repartieron más caramelos que nadie en un desfile muy descafeinado y disperso. También los bomberos de Ourense: estos sí, con su viejo coche, se esmeraron en lanzar dulces a miles de niños. Los pequeños esperaban a los Magos, que se hicieron esperar. 

Llegaron, como pudieron, en dromedarios que no lograron acabar la ruta. Melchor, a pie casi llegando a la Alameda, tuvo que dejar descansar a su extenuado animal. Eso sí, le consoló y acompañó el alcalde a lo largo del peregrinaje a pie hacia la Plaza Mayor.

La Policía Local, inaugurando la cabalgata, ilusionó a los más pequeños, que se concentraban en las calles del centro para ver a sus Majestades. A los agentes los sorprendieron en el camino los voluntarios del control de seguridad, que le entregaron caramelos para que fuesen también pajes de Melchor, Gaspar y Baltasar. Como es tradicional, las fuerzas de seguridad “inauguran” la cabalgata, aunque no suelen tener la gran parte del protagonismo. Esta vez, aunque la batucada y las charangas le pusieron muchas ganas y animaron a la gente, los ourensanos se quedaron con ganas de más.

Además de salir con retraso de la estación de tren, las primeras carrozas fueron muy separadas. El frío y el aburrimiento se adueñaron de más de uno hasta que apareció el primer show, música reggae y algún tema navideño para calentar. 

Las carteras reales lo hicieron muy bien, con una coreografía preparadísima y sin perder la sonrisa para hacer disfrutar a los más pequeños. Les siguió la policía repartiendo caramelos y luego una batucada que puso el punto fuerte al recorrido. Fue la mejor actuación en directo (y casi que la única). El público esperaba al ourensano Diego Nóvoa y a su banda pero, por causas ajenas al artista, no apareció.

Los dragones y los unicornios enormes y blancos también hicieron disfrutar a los niños, aunque alguno se preguntaba más si aquello era Entroido o los Reyes Magos.

Los romanos llegaron acompañados por caballos, de los de verdad. Menos agotados que los dromedarios (a simple vista, claro).

La música navideña no faltó al desfile, con poquitas carrozas y con los Magos a pie de calle. Aunque los camiones anunciaban a cada uno de los Reyes con su nombre, eran realmente sus pajes los que iban dentro de la carroza, repartiendo caramelos.

Fue casi al final cuando aparecieron en escena Melchor, Gaspar y Baltasar. Cada uno en su dromedario hasta que, poco antes de llegar al punto final y saludar a los niños de la Plaza Mayor, el de Melchor se cansó de tanta parafernalia. Al rey le tocó caminar. 

Al final, fue una cabalgata muy vistosa salvada por los participantes. Si no fuese por los dromedarios, “colaría” hasta en carnaval. Y los Magos, muy atentos con todo el mundo. Alguno hasta se le hacía conocido al público. Será que si uno lo sueña puede convertirse hasta en Baltasar.

Te puede interesar