Menores delincuentes: violentos en casa y adictos a los porros

La delincuencia juvenil en Ourense no es alarmante. Así lo valora la Fiscalía de Menores y las fuerzas de seguridad, que detienen al mes entre cuatro y siete jóvenes. La brutal agresión de un niño de 13 años a una amiga de su misma edad el pasado jueves en Carballiño, bajo el pretexto de saber lo qué se sentía al matar a una persona, no tenía precedentes hasta la fecha. Él no responderá ante la jurisdicción de menores por la edad (es inimputable). Los delitos, más y menos graves, protagonizados por jóvenes entre los 14 y los 17 son más de 400 al año: 351 infracciones penales en 2019 y 91 delitos leves (antiguas faltas), según los datos de la última memoria de la Fiscalía de Galicia hecha pública. Las cifras no suelen variar mucho de un año a otro, pero sí hay nuevas líneas rojas. En el contexto ourensano, aumentaron los casos de violencia en la familia (de hijos a padres o hermanos). A través del “aumento disparado de las actas de intervención policial”, recoge la memoria textualmente, se revela un mayor consumo de sustancias estupefacientes que no causan grave daños a la salud como la marihuana y el hachís entre la población juvenil ourensana. Pero hay más disparadores del delito entre los más jóvenes, aseguran desde la Fiscalía, como al consumo de alcohol a edades tempranas como medio para socializar, la falta de control paterno y ausencia de normas en familias desestructuradas y hasta ahora la escasa respuesta desde las instituciones públicas a los problemas graves de conducta. Muchos de los chicos y chicas que llegan ante la jueza adolecen la falta de un previo trabajo por parte de los servicios de Atención Primaria y de las instituciones administrativas educativas y de protección. En el Juzgado de Menores, en donde se dirimen los delitos de los más jóvenes con los llamados expedientes de reforma (las sentencias de los adultos), han constatado un ascenso de la violencia filioparenteral, cuyos casos más graves se resuelven con un internamiento terapéutico. En 2019, se contabilizaron 28 delitos frente a los 24 de violencia doméstica intrafamiliar de 2018. Y ello teniendo en cuenta que los padres acuden a la autoridad judicial como último recurso ante una situación límite, cuando la convivencia en el hogar resulta imposible y salta por los aires, aseguran fuentes de la Fiscalía de Menores. Hay quienes no son maltratadores pero padecen graves trastornos psiquiátricos. Estos precisan tratamientos específicos en centros públicos sanitarios adecuados a su edad. La solución de ingresarlos en el centro de Montealegre, para adolescentes con trastornos graves de conducta, o el centro de reforma terapéutico de Montefiz no convence a los fiscales. Entre las infracciones más numerosas cometidas por los adolescentes ourensanos, destacan los delitos patrimoniales y las lesiones. En los primeros, 77 en 2019: 21 robos con fuerza, 9 sustracciones con intimidación y 47 hurtos. En cuanto a los delitos de lesiones, hubo 65. La mayoría se produce en lugares de ocio y en los recintos escolares. Y se denunciaron tres agresiones sexuales y nueve abusos. Además, caben destacar 20 atentados o desobediencias. Acoso escolar El acoso escolar, un fenómeno que ha encendido las alertas en los últimos años, protagonizó seis expedientes de reforma por delitos contra la integridad moral. Hubo más incidentes en los colegios pero casos aislados que tuvieron un encuadre penal en los delitos leves de lesiones, amenazas o coacciones.