Sin olvidar las tradiciones

Residencia Virxe da Clamadoira, en Muíños.
photo_camera Residencia Virxe da Clamadoira, en Muíños.
Los mayores celebran la llegada del verano en residencias gestionadas por la Fundación San Rosendo, como Virxe do Xurés, en Lobios; Nuestra Señora de Fátima, en A Rúa; Virxe da Clamadoira, en Muíños; y Nuestra Señora de la Salud, en A Peroxa.

No hay lugar para el olvido. En los centros de mayores gestionados por la Fundación San Rosendo se celebró la fiesta de San Juan con el objetivo de mantener la conexión de los usuarios con las tradiciones gallegas, ayudar a mantener la orientación temporal y ofrecer alternativas de ocio y tiempo libre en los centros. 

La celebración de San Juan llenó de ambiente festivo y tradiciones milenarias las residencias de mayores, con la participación de trabajadores y usuarios en los preparativos y en la organización de la fiesta estival. 

El mal tiempo impidió las hogueras, pero no apagó las ganas de fiesta de los mayores de la provincia. En la residencia Virxe do Xurés, en Lobios, organizaron dos talleres especiales con motivo de San Juan. Uno de manualidades, en el que elaboraron marcapáginas con arcilla y refranes sobre esta fiesta; y otro de repostería, en el que cocinaron cupcakes de chocolate para merendar. No faltó el tradicional rito del agua de las siete hierbas, con la que los mayores lavaron sus caras por la mañana para purificar la piel y protegerse contra los meigallos.

En la residencia Nuestra Señora de Fátima, en A Rúa, no se quedaron con ganas de hogueras, ya que elaboraron una de cartulina para ambientar el centro y poder saltar y atraer la buena suerte. 

Este año, también en la residencia Virxe da Clamadoira, en Muíños, la hoguera fue simbólica. En sus talleres de manualidades recortaron figuras del fuego y la sardina con las que llenar de ambiente festivo el centro. La gastronomía tradicional tampoco faltó, ya que degustaron platos típicos. En A Peroxa, en el centro de mayores Nuestra Señora de la Salud tenían previsto organizar una comida exterior, pero el tiempo hizo que las tradicionales sardinas se consumieran en el comedor del centro. 

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