El ourensano Fernando Vázquez, media vida con empresas: “No lo cambio por nada”

Fernando Vázquez, dueño del Sayfe 2.0 (Foto: Néstor Álvarez).
photo_camera Fernando Vázquez, dueño del Sayfe 2.0 (Foto: Néstor Álvarez).

A sus 33 años, montó su primer negocio con 20 y hoy muestra una visión optimista de esta forma de ver la vida. Llegó a estar en cinco empresas a la vez y no deja de pensar en nuevos retos de forma constante: “Con un sueldo, yo no viviría”.

 

A sus 33 años, este ourensano ha sido propietario de empresas desde los 20 años, cuando tuvo su primer negocio, y ha llegado a participar en cinco a la vez. Ahora regenta uno de los bares más transitados de Reboredo, el Sayfe, en el entorno del Polígono de San Cibrao, que montó en plena pandemia,  2021, cuando el sector vivía con la soga al cuello. “Aún había restricciones. Entre que vi el polígono como una buena zona, que llevaba tiempo trabajando en esa área  y que siempre vi un mundo de futuro en la hostelería, di el paso. Es un mundo que da dinero, trabajando y dedicándole cariño”.

Con 20 años llevaba desde adolescente trabajando con su padre en la carnicería y montó su primer negocio hostelero: “Tenía unos ahorros, y lo montamos”. Desde entonces, no paró. “Con un sueldo no soy capaz de vivir. ¡Y no fumo ni bebo, eh!”. Llegó a estar en cinco negocios a la vez: una sala de despiece, dos bares y dos carnicerías, todo a la vez. También tuvo un supermercado en Paderne de Allariz, que funcionaba bien y dejó por saturación. De hecho, confiesa que tener tantos negocios al mismo tiempo le llegó a pasar factura en lo personal. Ahora sigue, con una empresa, pero peinando el mercado.

“Hoy tengo que vivir con un sueldo de 1.500 euros y no puedo vivir”, confiesa sobre su pasión por los negocios.  “Aquí invertí 40.000 euros en una reforma. Abrir hoy un negocio es pensar en el siguiente. A mí hoy me ofrecen 100.000 euros y lo traspaso. Y monto otro al lado”. De hecho, el bar que ahora regenta está enfrente del que tenía antes. Empezó de cero. “Todo lo que tenía me lo gasté para abrirlo. No tenía nada el primer día. De hecho a los proveedores les dije que les pagaría la mercancía cuando empezara a facturar, y como me conocían y tenían referencias, no me pusieron problemas. A día de hoy, dos años después, creo que estoy en auge; no soy millonario, pero vivo bien”.

Visión optimista

¿Recomienda ser empresario? “Tengo una visión optimista. No es lo mismo llevar un año que más de 10. Sabes cómo moverte, vas aprendiendo por el camino”. ¿Duro? Tiene siete personas asalariadas y dice que la maquinaria va bien, no se queja, aunque la cabeza no para. “Lo que tiene es estoy todo el día maquinando, voy y vengo, pero también tengo tiempo para descansar. Yo no cambio esto por otra cosa”. 

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