Ourense busca posicionarse como referente del turismo geominero

Mina de wólfram de Valborraz, Casaio.
photo_camera Mina de wólfram de Valborraz, Casaio.
El turismo geominero gana adeptos en Ourense, provincia gallega que concentra una de cada cuatro minas con valor cultural

Los romanos buscaron oro en Ourense y los alemanes wolframio. La historia deja en la provincia un gran patrimonio minero, pero en muchas ocasiones cubierto por la maleza o casi desaparecido por el transcurso del tiempo. Aun así, una de cada cuatro minas con utilidad patrimonial en Galicia está en Ourense. “El turismo geominero genera cada vez más interés, es dar valor a nuestro patrimonio industrial, geológico y minero, que ha marcado la sociedad de muchos de nuestros concellos durante siglos”, explican desde la Cámara Oficial Mineira de Galicia. El organismo dispone de un proyecto que clasifica los puntos de interés patrimonial minero en Galicia: son 489, 111 están en Ourense. Hay un centenar de vestigios de minas ourensanas que incluyen restos de talleres, pistas por las que los alemanes transportaban el wolframio, galerías, trincheras… La Cámara realizó acciones de mejora y rutas divulgativas en los últimos años, pero no todos los concellos tienen sus minas señalizadas ni sacan provecho de este turismo que, según los expertos, está en auge. “Minas hay casi en cada concello gallego, y con gran protagonismo en Ourense. Pero los ayuntamientos, muchas veces, no quieren saber del tema”, asegura Eduardo Clavijo, geólogo que ha editado varias de estas rutas.

“La gran mayoría de minas en Ourense son del wolframio o de origen romano”, explica Clavijo. Los datos que facilita la Cámara lo certifican. El organismo recoge rutas divulgativas en nueve concellos, aunque hay mucho más legado minero en el resto de Ourense que no aparece en este listado. O por falta de interés patrimonial o por la escasa conservación en los concellos. Con todo, las fuentes consultadas aseguran que los ayuntamientos empiezan a tener en cuenta este turismo.

La mina de interés patrimonial ourensana por excelencia es la de Vaborraz, en Carballeda de Valdeorras, que se dedicó al wolframio. Tiene casi una treintena de puntos de interés marcados por la Cámara. Restos de muros de edificios, la planta alemana construida en 1940, la torre de carga o las tolvas son alguno de ellos.

La Mina das Sombras, que se dedicaba al wolframio y al estaño en Lobios, es otra de las que más puntos de interés patrimonial concentra. Hace apenas unos años se estudió su uso turístico. Conserva restos de los edificios de la mina y de las viviendas de los trabajadores. Se ubica en la frontera con Portugal, por lo que fue estratégica durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el contrabando era una forma de vida y casi la identidad de este territorio raiano.

El siguiente concello con más puntos es Ourense: 14. Todos se concentran en la ruta de minería romana del oro y las aguas termales, que hace un recorrido por las riberas del Miño para descubrir que, junto al cauce, “podemos observar murias de origen romano, en un espacio reducido y cubierto de vegetación que dificulta su observación”, advierte Clavijo. “Es muy posible que todos los depósitos sedimentados por el Miño en esta zona fuesen explotados por los romanos para extraer oro. El crecimiento de la ciudad en esta zona pudo dañar muchos restos”, justifica.

Maceda y Rubiá tienen ambos once puntos de interés. En el primero sobresale la Mina de Os Medos, una mina de estaño y oro que se explotó a cielo abierto. En Rubiá se conservan los restos de otra mina de oro, entre ellos un molino.

En A Veiga, hay paneles explicativos para seguir la ruta de la mina de Vilanova, que dispone de 9 puntos de interés.

En Beariz, hay ocho vestigios de las minas de wolframio. Sin embargo, la maleza cubre las estructuras mineras.

En Río destaca la mina de Os Biocos, una de las grandes minas de oro romanas de Galicia. Precisamente este domingo, el consorcio Ribeira Sacra promovió una ruta con un arqueólogo que agotó inscripciones.

Por último, Baltar, con cinco puntos. El wolframio se extraía en este recinto del que quedan restos del hueco de explotación a cielo abierto, así como la torre de carga y construcciones en ruinas.

Otro patrimonio, el inmaterial, pervive aún en la memoria de algunos mayores de estas aldeas que encontraron en las minas su principal economía de subsistencia en tiempos más duros.

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