Alerta sanitaria

Ourense hila su hoja de ruta contra la crisis y espera por la del Gobierno

Las familias volvieron a disfrutar ayer del entorno del río Miño. (Foto: Martiño Pinal)
photo_camera Las familias volvieron a disfrutar ayer del entorno del río Miño. (Foto: Martiño Pinal)

El Ejecutivo prevé aprobar mañana el plan de desescalada entre presiones autonómicas para acelerar la ruta a la normalidad

Con la satisfacción de haber dado ayer el primer paso para recuperar la tan ansiada normalidad al permitir que los más pequeños de la casa vuelvan a corretear y jugar por las calles, Ourense no se detiene y mira ya al futuro y a las próximas fases necesarias para reactivar su engranaje económico y social.

Los representantes de los principales sectores exigen al Gobierno central la activación de un plan de desescalada que, si no hay cambios en la hoja de ruta trasladada por el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, se aprobará mañana, martes, en Consejo de Ministros tras escuchar a los presidentes de las Comunidades Autónomas, que ayer en videoconferencia trasladaron a Sánchez sus peticiones con el objetivo de que sean tenidas en cuenta. 

Asimétrico

"Esto debe agilizarse y no podemos perder más tiempo cuando el resto de países europeos están ya en marcha, debemos conocer el horizonte de la desescalada e incluir una cláusula de salvaguarda territorial", indicó ayer el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, tras el encuentro en el que invitó al Gobierno central a tener en cuenta la realidad territorial con criterios geográficos, demográficos y sectores económicos. Ourense tiene mucho que decir para poder ir recobrando impulso en buena parte de la provincia, como insisten los alcaldes del rural, ya que en cerca de la mitad de los concellos ourensanos (Feijóo habló de 140 de los 313 municipios de Galicia) se han conseguido mantener ajenos a los efectos del coronavirus.

Además, aunque en la provincia ourensana la incidencia del coronavirus ha sido mucho más elevada que en el resto de Galicia, con más de 562 casos por cada 100.000 habitantes, hay que tener en cuenta también que la expansión de la enfermedad llegó por determinados focos detectados en residencias de mayores como San Carlos de Celanova, Nuestra Señora de la Esperanza, Divino Maestro, San José y Galisenior de Ourense, Castro Caldelas o Nuestra Señora de Fátima de O Barco, puntos localizados en los que se puede reforzar la prevención, como explicó Feijóo en su comparecencia, hablando de "distinguir zonas con riesgo permanente como colegios, residencias o centros de trabajo concurridos".

Propuestas

Así, el presidente de la Xunta se muestra partidario de gestionar la salida de la crisis sanitaria en función de áreas sanitarias y no por provincias, como plantea inicialmente el Gobierno central. Aunque en el caso de Ourense no habría variación, el objetivo de utilizar los criterios clínicos permitiría también "distinguir microzonas", con los distritos de Verín y Valdeorras equipados con sus correspondientes infraestructuras sanitarias claves "para responder, si fuera el caso, a los brotes que pudiese haber", estando además en condiciones de hacerlo al haberse reducido notablemente la carga en los hospitales, como aconsejan las recomendaciones trasladadas por el Ministerio de Sanidad al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Con los niños menores de 14 años en la calle, otros sectores de población esperan su turno. Es el caso de los mayores. La poca concreción del Gobierno obligó ayer al ministro de Sanidad, Salvador Illa, a confirmar que los ancianos podrán salir a pasear desde el día 2 de mayo con las personas del núcleo familiar con las que viva. Falta la confirmación de que, aquellos que viven solos, también puedan acogerse a esta medida.

"La paciencia se me está quedando un poco corta, la verdad. Soy un animal social y necesito salir", apunta Manuel Araújo, ourensano de 73 años que vive en solitario, un sentimiento compartido por muchos otros ciudadanos ya jubilados. Casi 76.000 ourensanos tienen más de 70 años y esperan un alivio a la situación.

El 2 de mayo es también la fecha escogida para que el deporte y los paseos de los adultos vuelvan a las calles, con restricciones temporales y de distancia al hogar que aún deben ponerse negro sobre blanco. Un respiro para cuerpo y mente a la espera de una apertura de gimnasios y centros de entrenamiento para la que todavía no hay fecha (ni estimación). "Somos un sector especialmente sensible", apunta Daniel Montero, entrenador y gerente del Ginmasio Marbel.

Abrir cuanto antes

"No podemos no hacer nada", así resume el presidente de la Xunta su postura sobre el futuro inmediato del tejido económico y empresarial, con sectores marcados en rojo para activar la maquinaria. La "desescalada" por sectores deja previsiones diferentes para unos y para otros. Son muchas las comunidades, Galicia incluida, que han solicitado la apertura inmediata y progresiva del comercio local. Con limitación de aforo, medidas de seguridad y hasta cita previa si es necesario. En Ourense, los comerciantes llevan tiempo reclamando una solución.

"Ganas de abrir tienen todos los asociados", destaca Luis Rivera, presidente del Centro Comercial Abierto Ourense Centro. "Cada día que seguimos cerrados es una ruina", confirma Jorge, encargado de Snikers. Confían en tener noticias mañana, cuando el Gobierno central detalle su hoja de ruta.

Otro sector que sigue llamando a la puerta de las autoridades es el automovilístico. La matriculación de vehículos en Ourense cayó en marzo un 67,6%, lastrada por la crisis del coronavirus. Tanto ellos como los talleres de reparación (que solo están atendiendo a urgencias) son prioritarios para la Xunta de Galicia. Así se lo han trasladado al Gobierno central. La respuesta también tendrá que esperar hasta mañana, mientras crecen las voces de la necesidad de un plan de choque para atajar un descenso de ventas que ya se atisbaba desde el año pasado y que ahora amenaza con ser una losa demasiado pesada que levantar. 

Incertidumbre

Otros negocios, como la hostelería y la restauración, esperan su turno. "Tenemos que intentar salvar parte del verano", afirma Ovidio Fernández, presidente de la Federación de Hostelería de Ourense. Las ganas y necesidad de abrir chocan con las dudas. ¿Cómo hacerlo? La limitación de aforo y la distancia social aparecen como elementos clave para dar un servicio seguro que puede repercutir en la viabilidad del negocio. "Si tengo 40 plazas y me las reducen a 15, no dan los números", lamenta Alejandro, propietario del Restaurante Plaza.

Desde el ámbito empresarial, y con los polígonos funcionando a la mitad de sus capacidades, siguen a la espera de la luz verde. Más de 20.000 empresas en la provincia están esperando el "OK" para dar el primer paso hacia el retorno. Las dudas se centran en cómo responderá el mercado y los consumidores tras una herida tan grande como la que deja esta crisis.

Con un calendario que se elabora sobre la marcha, los sectores y grupos poblacionales se dividen entre los que tienen un panorama más cierto y los que viven en una incertidumbre mayor. Por encima de sus cabezas, las instituciones. Será el mando central del Gobierno el que tome las decisiones de fechas y formas para la apertura. Este está escuchando a las comunidades, que hacen los propio con diputaciones y concellos.

Como resultado, un proceso aún incierto al que miran con inquietud desde todos los estamentos sociales pero con una sensación que sobrevuela el ambiente de que "cuanto antes, mejor", con una vigilancia permanente que permitiría dar un paso atrás si se detectan problemas. "Hay que abrir y luego evaluar, si no la pandemia será económica y social", razonaba ayer Feijóo. En manos del Gobierno está activar el botón que lo permita.

Te puede interesar