Tras varias jornadas con la aparición de nuevos casos de coronavirus contenida, Ourense sufrió ayer el incremento más elevado de los últimos seis días, al sumar 23 pruebas PCR positivas durante el lunes, elevando la cifra de contagiados durante la pandemia a 1.764, lo que supone un 1,32% más, el porcentaje más elevado desde el martes 21 de abril.
Del total de infectados, 1.325 permanecían ayer a tratamiento, según los datos facilitados por la Consellería de Sanidade, una decena de casos activos más en relación a la jornada anterior al certificarse nueve altas de personas que han superado la enfermedad provocada por el virus, con lo que la cifra de pacientes curados se sitúa en 328.
Mejoría
Pese a que los casos han aumentado, crece el peso de contagiados que están bajo vigilancia domiciliaria, al permitir su evolución evitar una derivación a los hospitales de la provincia que poco a poco quieren ir vaciándose para estar preparados ante posibles rebrotes y comenzar a hacer frente a las pruebas y tratamientos aplazados por la dureza de la crisis del coronavirus.
Así, según comunicó la gerencia sanitaria de Ourense, eran ayer 154 los pacientes que estaban ingresados en alguno de los centros de la provincia, seis menos que en el anterior balance, volviendo a bajar la cifra de personas que requieren estar en la UCI, ahora 14, todos "con pronóstico grave", explican las mismas fuentes.
La situación permanece estable en los hospitales comarcales de Verín y O Barco, con 4 y 6 personas ingresadas, mientras que en planta del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense hay 127 personas, con 3 que continúan en las instalaciones de Cosaga.
Fallecimientos
El contador de víctimas mortales, mientras, tampoco se detiene y hay que lamentar otras dos defunciones en Ourense. Por un lado, el Sergas informó de que una mujer de 63 años que permanecía ingresada en el CHUO perdía la vida, mientras que horas antes la Xunta informaba de un nuevo fallecimiento en la residencia de mayores Nuestra Señora de la Esperanza de Ourense, donde ya se contabilizan 21 muertes desde que estalló el problema a finales de marzo.
Con otra muerte en un geriátrico coruñés y otras seis en hospitales, Galicia alcanzó ayer los 547 fallecimientos durante la pandemia. El área más castigada durante el día de ayer fue Vigo, con cuatro decesos; seguida de Ourense y A Coruña, con dos; mientras que otro caso ocurrió en Santiago. Cerca de la mitad de muertes están relacionadas con las residencias de mayores, ya sea por fallecidos en las instalaciones o de usuarios que estaban en hospitales pero que eran usuarios de centros de la tercera edad.
Estable
Con todo, la situación en los equipamientos sociosanitarios no sufrió cambios al alza en lo que respecta al número de contagios, sino todo lo contrario, al producirse varias altas y confirmar el cribado realizado por el Sergas que una larga lista de geriátricos están libres del virus, lo que sus gestores celebraron ayer.
Según informó la Xunta, ya no son pacientes de coronavirus tres usuarios de la residencia Nuestra Señora de Fátima y cinco de la San Carlos de Celanova. Ambos centros fueron algunos de los que sufrieron los principales problemas de brotes de infectados, que obligaron a adoptar medidas a las autoridades como la habilitación de una residencia integrada en Baños de Molgas o la intervención del centro valdeorrés, con muchos de sus pacientes trasladados al hospital de Piñor, reconvertido para abordar el tratamiento de mayores con una dependencia elevada, una fórmula que está ofreciendo muy buenos resultados.
Por otro lado, fuentes de la Fundación San Rosendo indicaban ayer que los resultados de las pruebas efectuadas en los centros Augas Santas, Allariz, Morgade, Figueiroa, Maside, Miño, Virgen Blanca, Cartelle, Muíños, Lobeira, Entrimo, Melón y Carballeda de Valdeorras habían confirmado que no tienen casos positivos en ellos.
El futuro
Con las cifras sobre la mesa y el análisis de la evolución de contagios, las autoridades tienen la base sobre la que asentar el plan para caminar hacia la "nueva normalidad", viaje en el que las administraciones ourensanas también quieren participar, como se demostrará hoy en la Diputación con la aprobación de una inyección económica de más de ocho millones de euros para apoyar a los sectores más afectados por esta crisis sanitaria, con ramificaciones económicas y sociales. También el Concello de Ourense dará mañana otro paso con la aprobación definitiva de los presupuestos municipales para este ejercicio.
