Ourense, una aldea gala en el noroeste del mapa covid

photo_camera Praza Maior de Ourense (FOTO: ÓSCAR PINAL).
La provincia evoluciona de forma más positiva que sus "vecinos" en esta segunda ola de pandemia

La provincia de Ourense ha sufrido las consecuencias de las restricciones mucho antes que otras ciudades (y provincias) gallegas. Incluso padeció limitaciones más severas que las aplicadas en cualquier municipio de España (basta con preguntar en Carballiño). Ahora progresa adecuadamente. Sin lanzar las campanas al vuelo, manteniendo la prudencia y el sentido común, pero evoluciona favorablemente. Los datos hablan. Basta con hacer una comparativa con los territorios más cercanos para ver que la provincia es una suerte de aldea gala, una isla en un mar pandémico. La provincia presenta la incidencia acumulada más baja de su entorno. Gallego y castellano leonés. Mucho más baja.

Ourense presenta una incidencia de 55,02 habitantes a siete días y de 152,12 a catorce días. Lejos de los picos de octubre. Mirando al norte, Lugo presenta una tasa de 77,98 a siete días y se va hasta los 206,93 a catorce vista. No es la provincia gallega que peor está. Pontevedra, con Vigo ejerciendo de locomotora, se eleva a los 99,51 casos por 100.000 habitantes en siete días y hasta los 278,36 mirando a un pasado de dos semanas. 

Y, aunque no exista frontera como tal, la situación ourensana también es mejor que la que presenta A Coruña, con 59,92 a siete días y 163,06 a catorce.

Cruzando la frontera autonómica, la situación de los vecinos no mejora. León acaba de confirmar que prolongará el cierre de la hostelería hasta el 3 de diciembre. Y es que, a pesar de cierta luz, la situación entre los "cazurros" todavía es preocupante. Tienen una tasa de 128,26 a siete días y de 553,69 a catorce días. Pero en Zamora no están mejor, todo lo contrario. Mirando una semana atrás registran 146,05 casos por 100.000 habitantes, que se elevan hasta los 614,35 a catorce días. 

Y viajando un poco más, hasta la uniprovincial Asturias, aunque en el viaje haya que cruzar una provincia por medio, encontramos con una incidencia acumulada de 168,45 a siete días y 548,30 a catorce.

Mirando hacia el sur, a Portugal, el país luso también sufre los rigores de la pandemia. Y, precisamente, el norte es la zona más sensible. La región Norte, con 3.191 positivos adicionales en las últimas 24 horas, se mantiene como la zona más afectada en esta segunda ola de contagios, por delante de Lisboa y Valle del Tajo, que ha confirmado 1.637 casos más. 

Las medidas han aliviado la situación en la provincia. Con excepciones y con cautela. Ahora las miradas están puestas en el comité clínico para ver si, además de ser los primeros en cerrar, los ourensanos también son los primeros en reabrir.

Así lo confirmó el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, ayer. Apuntaba en concreto a Carballiño y a una posible relajación de las limitaciones a valorar mañana o a principios de la próxima semana. ¿Qué pasa con la ciudad de Ourense? "Todavía no está sobre la mesa", contestaba Comesaña preguntado por una posible "apertura" de la ciudad de As Burgas. Los motivos, la presión hospitalaria y la movilidad. No está sobre la mesa... a cortísimo plazo. Pero el responsable de Sanidade señaló que, de mantener la tendencia positiva, Ourense será el siguiente área en ser evaluada para decidir si las limitaciones se reducen.

Una comparecencia donde las autoridades sanitarias volvieron a dejar claro que confían en el llamado modelo Carballiño. Las decisiones tomadas en el municipio ourensano cuando era un "punto negro" del covid en Galicia funcionaron. Redujo una incidencia que superaba los 1.000 casos por 100.000 habitantes a base de cierre de actividades no esenciales, limitación de reuniones o prohibición de movilidad. Una receta que también se deja notar en otros puntos de la provincia. Así se explica la evolución.

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