Ourense vive con fervor la procesión del Corpus Christi

Un momento de la procesión del Corpus Christi en Ourense.
photo_camera Un momento de la procesión del Corpus Christi en Ourense.
Gaitas, tambores, folclore gallego, la banda de música de la Brilat y cientos de ourensanos siguieron al altar con la Custodia en una procesión que honró el sacramento de la Eucaristía en la ciudad

Ourense amanecía encapotada nuevamente, el cielo amenzaba con una procesión del Corpus bajo cubierto como la que obligó a la Brilat a desfilar en el interior de la catedral el año pasado. Sin embargo, en lo que duró la misa oficiada por el obispo Leonardo Lemos Montanet, las nubes cedieron en su lucha y todo discurrió como marca la tradición. Y también la provincia siguió la tradición, por supuesto.

Desde las 10,00 horas, momento en el que empezó el oficio religioso, las calles acogieron a la banda de música de la Brilat, al grupo folclórico Queixumes dos Pinos y a cientos de  personas, tanto fieles como curiosos, que quisieron seguir al santo sacramento. El recorrido circular partió desde la calle Lepanto hasta San Lázaro, atravesando el Paseo hasta la Plaza Mayor, para finalizar en las escaleras de San Martiño. 

Al sermón acudieron las autoridades locales, políticos y representantes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. A las 11,00 horas se unirían a las autoridades eclesiásticas y al altar con el santo, seguidos por el grupo folclórico Queixumes dos Pinos y la banda de la Brilat para la procesión que dejó una estampa de pétalos en el centro. 

 

“Es una tradición muy bonita, llevo viniendo desde que tengo memoria”, explicó Ana Suárez en la entrada de la catedral, una, entre los cientos de vecinos que se juntaron en el centro de la ciudad para verla y seguirla, aunque, según contó, “ahora ya flojea, porque no hay tanta gente devota”. A pesar de ello, cabe destacar la presencia internacional. Graça Pimentel vino con varias amigas a pasar el fin de semana en Ourense, desde Aveiro: “Me sorprende porque en Portugal se hace siempre el jueves, pero es una procesión muy bonita, tenemos ganas de verla aquí”.

Desde un punto menos cercano, de China concretamente, llegó Wang Lei a Europa para hacer el Camino de Santiago, y se encontró con la procesión y sus flores a su paso por la ciudad. Grabó con su móvil “para mandárselo a la familia”, y se mostró contento de verla.

Los integrantes del grupo Queixumes dos Pinos bailaron a paso lento detrás del altar. El grupo se había disuelto, pero volvieron a juntarse para la ocasión, poniendo el colofón a la marcha religiosa en las escaleras de la plaza de San Martiño con la danza procesionaria de los arcos pasadas las 12 del mediodía. 

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