Las peleas callejeras se convierten en una rutina de las noches de Ourense

DELITOS DE LESIONES EN LA CIUDAD

Ourense es la provincia gallega que más acusa el incremento de los delitos de lesiones y riñas desde el confinamiento

M. Sánchez

Publicado: 20 ene 2025 - 07:00 Actualizado: 20 ene 2025 - 16:59

Una patrulla de la Policía Nacional controla el ocio nocturno una noche de sábado.
Una patrulla de la Policía Nacional controla el ocio nocturno una noche de sábado.

Las riñas cuerpo a cuerpo, a veces tumultuarias, las discusiones y las broncas se han convertido en el pan de cada noche. Los delitos por lesiones no han parado de crecer desde la pandemia de 2020 en la provincia de Ourense. Ahora, hay muchas más peleas. A finales de 2024, esa tendencia se cobró una víctima mortal. Un altercado entre varias personas en la madrugada del 29 de noviembre, a salida de un pub de la calle Pizarro, acabó costándole la vida al joven Amin el día en que festejaba su 21 cumpleaños.

Según la estadística de criminalidad del Ministerio del Interior durante el periodo 2020-2024, los delitos de lesiones (graves y leves) así como las riñas tumultuarias aumentaron considerablemente. La media del pasado año, teniendo en cuenta las denuncias registradas en los nueve primeros meses (el último dato divulgado), son dos tortazos cada casi dos días. Entre enero y septiembre, hubo 122 en la provincia (48 en la ciudad), lo que representa un incremento del 7% con respecto al año anterior en ese mismo periodo de análisis. Y ello teniendo en cuenta que no hay constancia oficial de todas las reyertas. Generalmente, solo aquellas en la que el lesionado recibe atención médica porque, además, el hospital de oficio emite un parte al juzgado.

Según recoge Interior en sus balances, en 2019, en los nueve primeros meses del año, se denunciaron 73 infracciones por enganchones. En 2020, con el ocio nocturno cerrado el covid, hubo 53, pero llegaron a los 71 en 2021, un año también con restricciones de movilidad a causa de la pademia. En 2022, ya fueron 90 y 114 en 2023.

En todas las provincias gallegas se repite la tendencia alcista desde el confinamiento, pero es más acusada la subida en Ourense si se tienen en cuenta las infracciones denunciadas entre 2019 y 2024. En Pontevedra, subieron un 12,57%; 31,87%, en A Coruña; 28,2%, en Lugo, pero un nada desdeñable 64,86% en Ourense.

Lugo es el único territorio que mejora en el periodo 2023-2024, con un descenso del 11,5% (pasó de 113 peleas a 100 en 2024). Contabiliza menos percances que Ourense aunque le supere en habitantes (324.842 frente a 304.467 , según los últimos datos del censo que en diciembre dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística).

Tanto las fuerzas de seguridad como la judicatura no son ajenas a este fenómeno al alza. En los juzgados penales, según una jueza consultada por este diario, cada vez se ven más asuntos por peleas en bares, uno de los delitos “estrella” junto a la conducción con más alcohol del permitido y la violencia de género. “Las peleas en el bar siempre existieron, pero tras la pandemia tenemos muchísimos más juicios por lesiones”, aseguran fuentes del Penal 2.

Los agentes de la autoridad coinciden en reseñar la influencia en este fenómeno del consumo de drogas y alcohol, lo que, a su juicio, determina más comportamientos extremos. “Nosotros percibimos un incremento de la irritabilidad por parte de los ciudadanos en términos generales y más cuando hay un exceso en el consumo de alcohol y sustancias estupefacientes”, asegura el policía ourensano Roberto González, máximo dirigente del Sindicato Unificado de Policía en Galicia. La “mayor crispación social desde el covid a esta parte” -añade- “se transforma en agresividad y violencia en más ocasiones de las deseadas y, sobre todo, en contextos de ocio nocturno, cuando hay mucha aglomeración de personas a altas horas de la madrugada”.

Un pisotón, un codazo, una mala mirada, un comentario desafortunado son la chispa que enciende la mecha de la pelea, tal como comprueban los agentes de Seguridad Ciudadana que patrullan por las noches en la ciudad. González, además, destaca que hay más intervenciones “con menores de edad que faltan al respeto y desafían el principio de autoridad del agente”. “Intervenciones complejas para nosotros porque muchos de ellos son inimputables -tienen menos de 14 años-”, asegura.

Completar la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) con nuevo personal es para el SUP una medida urgente porque podría “llevar a cabo dispositivos del ocio nocturno e intervenir para restablecer el orden público en situaciones más complejas”.

Por su parte, los psicólogos ponen el foco en la negativa influencia de las redes sociales en donde se buscan comportamientos violentos para llamar la atención y grabarlos, así como la crispación derivada del pesimismo ante el futuro.

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