El mal estado de los árboles del entorno del rianxo de la Plaza de Abastos ha obligado a la realización de podas de seguridad, para evitar posibles desprendimientos. Desde el pasado lunes, los puestos permanecen cerrados, al igual que el acceso a los vehículos -desde la Alameda hasta la rúa do Fervedoiro, en la parte baja de la Plaza-. Y hasta mañana, jueves, el rianxo no volverá a abrir al público, ya que los trabajos de prevención se prolongarán durante la jornada de hoy.
El procedimiento de los operarios causó ayer expectación entre los viandantes, que se sorprendieron al ver a varios trabajadores colgados en los plataneros de la zona. Parte del equipo que se encarga de las tareas de poda es el mismo que lo hizo en la Alameda de la ciudad hace 15 años.
La falta de mantenimiento constante del Concello provocó la urgente intervención en estos árboles, sobre todo tras los últimos temporales que pusieron en alerta naranja a la provincia por viento y lluvia. De hecho, Medio Ambiente se ha visto obligado a atar con cuerdas varios ejemplares ante el riesgo de caída en el paseo del parque Barbaña. Entre los árboles afectados hay un cedro de grandes dimensiones.
Grupos ecologistas, como Amigas das Árbores, reivindican la importancia de una correcta planificación en el cuidado de las zonas verdes, y vecinos de zonas como As Lagoas reclaman desde hace meses la poda de varios árboles en el entorno de la calle Pablo Iglesias, donde aseguran que no se llevan a cabo trabajos de mantenimiento desde hace dos décadas.
En lo que va de año, el Concello se ha visto obligado a retirar al menos dos árboles de grandes dimensiones caídos en la ciudad: un cedro, el 1 de enero en los jardinillos del Padre Feijóo, y un magnolio, el pasado lunes en el Posío.
