“Si pongo verde al interventor, le queda joderse, o denunciarme”, dice el alcalde de Ourense

Comparecencia de Gonzalo Pérez Jácome.
photo_camera Comparecencia de Gonzalo Pérez Jácome
Nuevo pleno extraordinario en el Concello de Ourense en el que hubo tensión y bronca

El Concello de Ourense celebró ayer el primero de los plenos extraordinarios de esta semana para la subsanación del error detectado en una de las partidas incorporadas en septiembre, cuyas deficiencias habían sido advertidas entonces por el interventor y el BNG, cuyo portavoz, Luis Seara, hizo una reclamación al respecto.

Jácome admitió el error en el expediente, que en su día negó y por lo cual llamó “vago” a Seara y “negligente” al interventor, e intentó corregirlo vía decreto, pero una alegación del nacionalista le obligó a llevarlo a pleno. Ahora lo atribuye a una “funcionaria de Tesorería que se confundió en un código” y culpó al BNG de retrasar su gestión. 

“Advertimos daquela que, ademais da falla de xustificación, a información que aportaba resultaba imprecisa e confusa”, comenzó Luis Seara, portavoz del BNG, que defendió su proceder, porque “non aceptamos que se vulnere a legalidade, non aceptamos que se relegue ao pleno a un papel de mera comparsa e porque non nos gusta que nos tomen o pelo”.

El alcalde de Ourense, en un pleno de nuevo tenso, volvió a arremeter contra el interventor municipal, Gonzalo Alonso, a quién no dejó hablar a pesar de haber pedido la palabra tras ser continuamente citado por Jácome. Este último lo acusó de usar la “picaresca” para retrasar informes. “Si les pongo verdes (al interventor o el secretario), lo que les queda es joderse o denunciarme”. 

“Había un erro no expediente. Era tan sinxelo como subsanalo”, le afeó la socialista María Fernández, que instó al alcalde a “pedir desculpas. É un erro e o ego tampouco se resinte moitísimo”. El PP permitió subsanar el error porque, explicó Ana Méndez, “cando se trata de pagar a provedores” contarán con ellos

Por último, Jácome cargó de nuevo contra el funcionariado, llegando a afirmar que hay trabajadores municipales que “rayan ciertas patologías” por su exceso de celo. 

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