Deseaba Joaquín Sabina en una de sus famosas canciones que “el fin del mundo nos pille bailando”, una frase que representa una actitud fundamental ante la vida: tengas la edad que tengas hay que intentar mantenerse positivo ante lo desconocido y disfrutar al máximo.
Esperanza Cortiñas, quien es ya una vecina ilustre en Ourense, cumple este domingo 107 años, ¡que se dice pronto!, y lo hace al ritmo de la música. “Me gustan todos los tipos de baile, menos esos que hacen ahora la gente moderna, cuando era joven sí los podía bailar, pero ahora los huesos ya no se doblan”, señala.
Hasta hace poco, Esperanza bailaba sola con las amigas, pero actualmente lo hace siempre acompañada de una pareja de baile. “No puedo bailar suelto porque al dar la vuelta me caigo, necesito a alguien porque sino solo puedo sentarme y ver al resto”, explica.
Pese a las dificultades, va todas las semanas a bailar, el viernes al Centro Cívico da Ponte y los domingos al Centro Sociocomunitario de Ourense de la calle Concejo. “Siempre me gustó el baile, pero estábamos todos los días trabajando y no podíamos hacerlo”, cuenta.
Esperanza afirma que tuvo una vida “muy esclava” hasta que se jubiló. “Empecé a los seis años a trabajar en el campo, guardando las vacas, que se escapaban a las fincas de otros vecinos, y después tenía que ir (labores domésticas) por las casas hasta que cumplí los 60 años”.
Cree que quizás la razón por la que haya conseguido llegar a tan avanzada edad se debe precisamente al trabajo duro. “Yo pienso que me ha permitido mantenerme siempre en forma”, relata.
Pese a tener una apariencia impoluta, Esperanza asegura que los años no pasan en balde. “Tengo poca memoria y problemas de audición, tengo aparato y aun así no oigo bien, pero de salud estoy estupendamente”, indica.
Actualmente, debido a que no tiene una movilidad perfecta, cuenta todos los días con una ayuda inestimable: su hija. “Está siempre atendiéndome porque no puedo salir sola a la calle porque me caigo, se me van las piernas”, explica Esperanza.
Hoy ambas estarán acompañadas de varios familiares que vienen a la ciudad de As Burgas para celebrar un día tan especial. “Tengo muchas ganas de celebrarlo, somos unos doce o trece, diez de la familia y tres amigas”, asegura Esperanza, a quien sus seres queridos le tienen preparada una sorpresa para hoy: la música del baile de este domingo correrá a cargo de unos mariachis.
Navidad
Esperanza aprovechó en 2022 el estreno de la ruta de AVE Ourense-Alicante para ir a pasar las Navidades a la ciudad levantina con sus seres queridos, un viaje que no repetirá en las fiestas de este año. “Este año la familia quiere venir aquí a pasar Fin de Año”, cuenta.
Además, explica que ya fue a Alicante dos veces recientemente. “Me encanta ir en AVE porque montas aquí a las cuatro y media de la tarde, veinte minutos antes ya me vienen a buscar y me colocan en mi asiento, y a las nueve y veinte llegas”, resalta Esperanza, quien lo ve como un sueño., “Antes tardábamos todo el día en ir”, añade.
En la ciudad valenciana asegura que lo pasa muy bien y destaca que allí hay baile todos los días de la semana.
