Hace muchos años, deseando saber de dónde venía y desde cuándo que se dijera que Ourense era “la Atenas de Galicia”, le pregunté al que sin duda lo sabía, al etnógrafo Xaquín Lorenzo, “Xocas”, a lo largo de las repetidas entrevistas que le hice. Alguna de ellas, las más enjundiosas, están depositadas en el legado que doné al Arquivo Sonoro de Galicia, hoy perfectamente digitalizado y accesible, por lo que se puede volver a escuchar su característica y profunda voz. Ese fondo documental corresponde a mis dos etapas en la radio en Ourense (1968-1972) y Vigo (1972-1976) y otros materiales posteriores de mi etapa como periodista, anterior a la docencia universitaria, que siempre conservé. Son horas y horas de conversaciones con personajes tan diversos, aparte del citado, como Otero Pedrayo, Cunqueiro, Dionisio Ridruejo, Gil Robles, Celia Gámez, Gutiérrez Mellado tras el 23-F y otros muchos de la historia reciente de Galicia y de España.
La consideración de Ourense como Atenas de Galicia se puso uso generalizado a mediados del siglo XX y perduró con justificado motivo hasta entrados los sesenta, aunque luego fuera considerado por algunos como un “mero tópico”, pero los tópicos como éste tienen la cualidad de ser verdad. Según Xocas, había una variedad de motivos por lo que se decía que Ourense era como Atenas, en cuanto a la pléyade de intelectuales nacidos o establecidos aquí, aparte de los obvios como Otero Pedrayo, Risco, Florentino Cuevillas o Blanco Amor y otros muchos; pero además porque eran famosas sus tertulias como la del desaparecida Hotel Roma y luego en el café-bar Miño (que hasta tuvo en una época espectáculo); pero además Ourense era la ciudad con más orfeones y sociedades culturales de Galicia, desde el Liceo al Orfeón Unión Ourensana o la Troya, en el Puente.
Comentaba con ironía Xocas que tampoco era despreciable que la ciudad contara con el mayor número de cafés cantantes de Galicia, donde se combinaban todos los disfrutes de la vida social. También florecieron en su tiempo diversos clubes políticos. Aunque la causa venía de lejos, en los años sesenta la labor congregadora de Risco en torno al “Volter” y la serie de artistiñas que convocaba repuntaron ese aspecto de la cultura ourensana con esencia propia. En este mismo periódico que leen despuntaban articulistas literarios y recogían trabajos de gran parte de no sólo de aquellos intelectuales citados y otros, sino jóvenes periodistas que entonces empezaban en el oficio.
Ourense era la ciudad con más masas corales, aparte de la de Ruada y la del propio Orfeón Unión Ourensana, sino de grupos de teatro, entre los que destacaría la gran labor de Segundo Alvarado Feijóo-Montenegro y el Teatro de Cámara, donde en los años sesenta destacaban actrices como Chonina Vilanova, Guadalpe Espinar o Rebeca López de Turiso. Más tarde, a mediados de los sesenta, aquel grupo derivó en lo que sería el “Teatro Juvenil” y luego Valle Inclán, que cosechó todos los laureles que existían en la época. Radio Ourense emitía programas culturales y tertulias de enorme nivel, en los que colaboraban diversos intelectuales y periodistas locales, y entre ellos destacaban las inolvidables “Charlas al viento” del inolvidable Luis Madriñán Neira. Y no me quiero olvidar, aunque el Ateneo actual renace en 1969 (inicialmente en el edificio de la Torre) que a comienzos del siglo XX ya existía un Ateneo Ourensano. Sería interminable citar aquí la relación de intelectuales, periodistas, escritores o poetas ourensanos que destacaron a lo largo del siglo XX hasta nuestros días desde Alfredo Cid Rumbao, a Felipe Fernández Armesto (Augusto Assía), o Gwede o Lezcano, o Anselmo López Morais o Antonio Tovar, Celso Emilio Ferreiro, o José Luis López Cid, Méndez Ferrín o Carlos Casares… y tantos que tantos que es imposible citar. Todo ese conjunto pasado y presente hizo y hace que Ourense merezca seguir siendo considerada la Atenas de Galicia.
