CRÓNICA

Un ourensano en China: "Quería aguantar, pero el día a día era cada vez más duro"

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photo_camera Cote Iglesias, en Chengdu, esta semana, antes de regresar a España.
Ourensanos de China buscan seguridad ante el auge del coronavirus: "No quise riesgos innecesarios"

La ciudad china de  Wuhan, en cuarentena por el coronavirus, está cercada, pero el pánico se desplaza ya por todo el país asiático y Europa. Ha causado 106 muertos, un total de 4.515 casos confirmados y miles de extranjeros que estos días se escapan como pueden. En medio de esta maraña, según los datos oficiales hay al menos 24 ourensanos que viven en China y que están viviendo momentos convulsos. A muchos les tocó esta explosión de pánico fuera del país, ya que hay vacaciones por el Fin de Año chino, otros están siendo evacuados.

En esta circunstancia está Cote Iglesias Rodríguez,  joven ourensano de 28 años, director de la escuela de fútbol de Chengdu, capital de la provincia de Sichuan. Lleva cinco temporadas en China.

Cuando este exalumno de Maristas regresaba a China después de haber pasado la Navidad en Ourense, nada de esto le pasaba por la cabeza. Todo se ha precipitado y este martes por la noche aterrizaba en Vigo. De momento, la actividad deportiva está cancelada, pero Cote calcula que "entre el 15 y el 20 de febrero podríamos volver". Nada está claro, el virus puede seguir multiplicándose. "Los colegios y universidades están cerradas y la liga de fútbol profesional, que empezaba en febrero, no lo hará mínimo hasta marzo".


Bum Social


Los inicios del virus le pillaron en la ciudad de Guang'an, a apenas 800 kilómetros del epicentro de la enfermedad, Wuhan. "Eso es un paseo para las distancias que hay en China", bromea. Guang'an está cerca de la ciudad donde vive, Chengdu, que es la segunda urbe china con más casos detectados de coronavirus tras Wuhan: "Desde el 22 de enero, salía a la calle y el 99% de personas iba con mascarilla. Ya se había dado el "bum social".

Los últimos días han sido muy revueltos y Cote los ha vivido en primera persona: "Salían noticias de que se multiplicaban los contagiados y se confirmaban muertes , sobretodo ancianos con otras patologías aparte del virus", subraya. 

Cote Iglesias, que vive en la segunda ciudad china con más casos, regresaba ayer de urgencia a Ourense

Las cosas se fueron poniendo feas. El pasado viernes, 25 de enero, cancelaron un viaje a la India, donde tenían una competición importante. "El gobierno había suspendido los vuelos en grupo desde Chengdu y las familias de los jugadores tampoco estaban de acuerdo con acercar a sus hijos al aeropuerto, uno de los lugares con mayor riesgo", explica Cote. 

El fin de semana fue duro: "Se me hizo hasta difícil encontrar cualquier tienda o restaurante para comer". En medio de la tormenta, este pasado lunes, de vuelta en Chengdu, el club les comunicaba que aplicarían un protocolo de salida para los empleados de China –directores, como Cote, de una escuela de fútbol en el país asiático–. Les ofrecieron un vuelo inmediato a Barcelona:"En las primeras horas, mi intención fue aguantar y ver cómo evolucionaba todo, pero se empezaron a limitar más aeropuertos y vuelos en todo el país. El día a día se hacía cada vez más duro". 


Dudas y preocupaciones


En plena celebración del Año Nuevo chino, la festividad y la alegría se tornaron en miedo y vacío en las calles, desiertas. Y Cote no pudo resistirse. "La familia y los amigos empezaban a estar preocupados y no quise buscar ningún riesgo innecesario", confiesa. Así, la noche de anteayer decidió salir en el primer vuelo que conectara con Barcelona. Más de 20 horas de viaje y una larga escala en Fráncfort. Ahora, quiere quedarse "hasta que las cosas en China nos permitan volver y hacer vida normal". Solo tiene agradecimiento para el club, por "el maravilloso trato y la facilidad" para irse. Y como amante de la cultura china espera lo mejor: "Que con unidad y sacrificio el país salga adelante".


No es el único


Cote no es el único ourensano que estos días vive lo que sucede en China en primera persona. Álex Mazaira (33 años) es uno de ellos. Amigo de Cote, a este entrenador de la academia de la Juventus en Shanghai le cogió todo ya en Ourense, pasando las vacaciones de Año Nuevo. "Nosotros estamos de vacaciones, algunos ya han salido del país. Yo en principio vuelvo el día 10 de febrero. Algunas empresas han retrasado la vuelta, la mía, de momento, no". 

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