La situación epidemiológica de Galicia permite cierto hueco al optimismo, pero la Consellería de Sanidade no ceja en reiterar el mensaje de prudencia y cautela a la población. Los principales indicadores, como la incidencia acumulada o el número reproductivo, siguen en descenso, pero las autoridades señalan que el ritmo de la caída se ha ralentizado en comparación con semanas anteriores. El conselleiro, Julio García Comesaña, ponía ayer el foco en la "lenta baixada" de la presión asistencial en las unidades de críticos de la comunidad, una visión compartida por el gerente del Sergas, José Flores.
La Xunta decidió ayer, tras al reunión del comité clínico, modificar el nivel de restricciones de ciertos municipios gallegos, en base a los cambios de la incidencia. Así, A Pobra do Brollón, Lourenzá, Miño, Cariño, Mugardos, Guitiriz, Vilanova de Arousa y Ponte Caldelas pasan de nivel alto a medio y Sanidade pone en vigilancia Coles, Maside, Leiro, Carballeda de Avia, Bóveda y Castroverde. Aunque estos concellos todavía se encuentran por debajo de los 250 casos por cada 100.000 habitantes (que indican el paso al nivel alto de restricciones), el comité comprueba estos días que los brotes detectados estén debidamente controlados.
Los municipios de Boborás, A Mezquita, Vilardevós, Pontecesures y Paradela continuarán en nivel máximo de restricciones, y Sobrado, Soutomaior, Arteixo y Chantada, en nivel alto. Los cambios entrarán en vigor a las 00,00 del lunes, por lo que este fin de semana, las medidas son todavía las mismas que entraron en vigor ayer. El resto de la comunidad se encuentra en nivel medio, lo que permite cierto respiro para sectores como la hostelería, que pueden atender en el interior y en las terrazas hasta las 18,00 horas, aunque con las correspondientes restricciones de aforo.
Revisión de medidas
Comesaña adelantó que el próximo martes el comité clínico revisará tanto la posibilidad de ampliar el toque de queda (la normativa estatal permite hasta las 23,00 horas) como los foros y horarios de la hostelería. El pasado miércoles, el conselleiro ya avanzó que se podrían volver a instaurar los cuatro niveles de restricciones activos tras la segunda ola, que incluía horarios más laxos para la hostelería, según la incidencia de los concellos.
El conselleiro, así como Carmen Durán, directora xeral de Saúde Pública, y José Flores, aseguran que están "satisfeitos" de la situación epidemiológica actual, pero se mantienen cautos. El festivo de San José, así como la Semana Santa, serán "decisivos" en la evolución epidemiológica de la comunidad y en la posible llegada de la cuarta ola del virus. "Tenemos que ser prudentes, es decir, cuando hay restricciones, cumplirlas", apuntó Pedro Rascado, miembro del comité clínico y responsable de la unidad de cuidados intensivos del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS). "Aínda nos queda moito que loitar para mellorar", advierte Flores.
La provincia
La provincia continúa recuperándose tras la tercera ola del virus. Ayer, el área sanitaria contabilizaba 199 casos activos, bajando de la barrera de los 200 por primera vez desde el 21 de agosto del año pasado. La presión asistencial, sin embargo, aumentó en la última jornada: actualmente son 24 los pacientes ingresados, cuatro de ellos en la unidad de críticos del CHUO. Pese a la notable mejoría en los contagios, las hospitalizaciones se resisten a continuar disminuyendo.
Por municipios, la ciudad, Boborás, Xinzo y Vilardevós concentran la mayoría de los contagios de la provincia. La ciudad, con 70 positivos, aumenta respecto a la jornada anterior en 1, mientras que el resto de concellos se estabilizan en 13 (Boborás), 11 (Xinzo) y 10 (Vilardevós) casos activos. En el caso del municipio limiano, 10 de los 11 casos se corresponden con usuarios contagiados de la residencia Santa Mariña. En el otro extremo, un total de 56 concellos (el 60,87% de la provincia) no registran ningún positivo.
La incidencia de la comunidad también da síntomas de mejoría, ya que se ha reducido desde el inicio de semana. A 7 días Galicia registra una incidencia de 35 casos por cada 100.000 habitantes, y 83 a 14 días, por debajo de las tasas a nivel España.
