Temor y asombro ante la invasión de jabalíes que sufre Covadonga

Los animales campan a sus anchas sin miedo a los vecinos e incluso llegan a atacar a los perros

En el barrio de Covadonga hace un par de meses que se instalaron dos nuevas familias que no cuentan con la aprobación de ninguno de sus vecinos. Se trata de dos grandes grupos de jabalíes que hicieron suyo el barrio: campan a sus anchas por las calles, destrozan los parques  y se muestran hostiles con otros mamíferos a cuatro patas.  

Cada otoño era habitual ver a estos animales de paso por la periferia pero, una vez que la Policía los dispersaba, no acostumbraban a volver por la zona. Este año, sin embargo, los esfuerzos de las autoridades son en vano. Primero se mudó una madre con sus jabatos y, ahora, ya hay dos familias al completo.

Los residentes definen la situación como “terrorífica” ya que,  una vez que dan las seis de la tarde, los animales salen a patrullar las calles: “Hay que sacar a los niños corriendo del parque y la gente que está haciendo deporte también se tiene que ir”, explica Noelia Doval. Además, apuntan que “hubo casos de vecinas que se vieron atrapadas en un callejón porque en ambos lados había jabalíes”, dice. 

Otro de los problemas que apuntan los residentes de Covadonga es la imposibilidad de pasear a sus perros en horario nocturno, sobre todo a los de mayor tamaño. “Hacen el amago de atacar a los canes y a sus dueños”, apunta Doval. Fuentes de la Policía Nacional, que en ocasiones se han visto obligados a intervenir, señalan que “es algo común todas las noches”, además dicen que “los vecinos lanzan a sus perros contra los jabalíes y hay líos entre ellos”.

Ante la gravedad del asunto y la falta de soluciones actualmente, con ayuda de la asociación de vecinos del barrio, los afectados llevarán sus quejas al Concello este lunes. 

Acercamientos

Los vecinos lamentan que hay gente que se acerca a las zonas de paso de estos mamíferos y les dejan comida.  Señalan que,  aunque comprenden las circunstancias que los llevan a invadir las calles, “la situación en el barrio es inaguantable”. 

Por otra parte, otros residentes se animaron a hacer “de domadores” y a tratar de ahuyentar a los animales de las calles como si de un encierro a la inversa se tratase.

También hay quien “se va de caza” y trata de alcanzarlos a punta de escopeta: “Hemos oído disparos durante la noche cerca de nuestra casa que imaginamos que será a modo de defensa”, relatan en Covadonga.

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