Un tercio de transportistas de Ourense se jubilará en cinco años

Dos tráilers en el polígono de San Cibrao.
photo_camera Dos tráilers en el polígono de San Cibrao.
Los empresarios del sector se quejan del precio que cuesta sacar los permisos necesarios, un mínimo de 4.000 euros

La industria del transporte en la provincia está experimentando una crisis por la falta de conductores, tanto de autobuses como de camiones. No hay relevo generacional. La media de estos profesionales en Ourense es de 54 años e introducirse en la industria es dificultoso:  aprobar todos los permisos para optar a un puesto de trabajo implica un mínimo de 4.000 euros y, por lo menos, un año de formación. Eso sí, tras esa preparación es del todo improbable acabar  en paro. 

La Federación Galega de Transportes de Mercancías (Fegatramer) calcula que actualmente en la provincia hay cerca de 3.660 conductores de profesión. De estos, la mayoría (2.196) tienen más de 50 años y 1.208 se jubilarán en los próximos cinco años. 

Por el momento, la solución no pasa por las nuevas generaciones, ya que las autoescuelas constatan un desplome de los alumnos que se interesan por los permisos C, D y sus variantes. Todo ello pese a que tras la formación tienen la posibilidad de encontrar trabajo de forma inmediata. 

Crear escuelas

La Asociación Empresarial de Transporte de Mercancías por Carretera de Galicia (Apetamcor) observa una solución clara para captar alumnos: crear escuelas de formación de transportistas. Myriam Otero, secretaria general de esta entidad, explica que estos centros de formación  “en Europa existen desde hace más de 60 años. A los jóvenes los preparan para ser chóferes por especialidades y para ser empresarios. Aquí hasta hace un año los menores de 21 ni siquiera podían sacarse el carné”. 

Los jóvenes que optaban por no seguir estudiando tenían que esperar hasta cuatro años. Desde el 2022, se puede obtener el CAP desde los 18, pero deben hacer cursos de 250 horas, en vez de 150. Deben adquirir los permisos B, C y C+E, en el caso de camiones; o B, D y -opcionalmente- D1, en el caso de los buses. “Además, si quieren ser autónomos o empresarios, deben  hacer una oposición con un complejo temario”, indica.  

El objetivo propuesto pasa por promover una cantera propia de jóvenes conductores. “Para ello es necesario incentivarlos, que les salga gratis”, señala Otero. “El problema no va a dejar de seguir aumentando por la avanzada edad de la media”, añade. 

Como medida preventiva, desde noviembre de 2022 se están buscando candidatos en Perú, un país con una orografía semejante a la gallega y con permisos de conducción convalidables con los de España. Por el momento, el objetivo es que se incorpore un contingente de 200 personas. En agosto se incorporaron 40 trabajadores ya formados y, este lunes, otros 20 comenzarán las clases para adquirir el CAP en Baños de Molgas.  

Empresas como Coren o el Grupo Cuevas solicitaron su presencia, tanto de los transportistas, como de sus familias. “Es una tirita mientras no se crean las escuelas para la formación de jóvenes, que debe sufragar la administración con las nóminas de los trabajadores, hay un apartado de formación precisamentre para eso”, aseguró Otero. 

También se buscan panaderos y carpinteros

Además de transportistas, en numerosas zonas de la comarca Allariz-Maceda  se buscan otros profesionales. Panaderos, carpinteros o trabajadores de la construcción son los más solicitados. 

La empresa Nukloo, que se encarga de buscar talentos en otros países y es la responsable de traer a los conductores peruanos, tiene previsto también abastecer estas áreas rurales con otros trabajadores. Hace tres meses firmaron un acuerdo de colaboración con Nortempo  para pasar a hacerse cargo del programa Retorna, con el que se traen a gallegos que estaban viviendo en el extranjero. 

Por otra parte, la construcción y la hostelería son otros dos sectores que no encuentran disponibilidad de trabajadores.

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