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La radio siempre ha sido la mejor amiga de los camioneros, pero desde el inicio de la pandemia se ha convertido en su única compañía, o casi. Los encuentros sociales son cada vez más escasos y los viajes apenas cuentan con paradas, excepto las de rigor. Tápers y bocadillos sustituyen a las comidas en áreas de servicio, "por se están pechadas", y los chófers se acostumbran a las sobremesas a solas.
Encontrar un lugar para dormir también se ha convertido en un problema. "Podes encontrarte que está todo pechado arredor dun polígono e daquela toca tirar de arquilla, como dicimos nós, e durmir no camión", explica Iván Parafita, que suele realizar viajes por el norte de España y de Portugal. Las esperas en los polígonos son más largas que antes y los camioneros, en muchos casos, ya no pueden acceder al interior de las instalaciones de las naves para ir al servicio, tomar algo y charlar con los trabajadores. "Non podemos entrar nin para entregar a documentación da carga", añade Parafita.
Rafael Domínguez, camionero desde hace más de 30 años, destaca otra de las consecuencias de la pandemia, la tristeza. "Falta esa alegría que había antes. Agora notas que hai moito medo, tristeza... E non tes nin 15 minutos para falar con alguén", explica.
Las sucesivas restricciones y cierres de negocios hosteleros han obligado a los camioneros a pasarse al táper. "Se antes levabas unha maleta con roupa, agora levas outra con comida. Pasas toda a fin de semana cociñando e levas os tápers", explica el camionero Martín Suárez. Aunque la mayoría de áreas de servicio mantienen la atención a chófers, Suárez explica los problemas al llegar a los polígonos: "Igual chegas pola noite e está todo pechado para comer nalgún sitio".
El camionero reconoce echar en falta los encuentros con otros compañeros desde el inicio de la pandemia. "Antes sempre facías por quedar con alguén, agora moita xente ten medo e non baixan, xa quedan no camión...".
El camionero Iván Parafita también cocina los fines de semana para luego llevarse los tápers en los viajes –en su caso, por el norte de España y de Portugal–. "Hai sitios que nos intentan axudar con comida para levar, pero sempre levas algo por si acaso", explica.
Parafita apunta los cambios en las empresas desde el inicio de la pandemia: "Antes os camioneiros tiñamos baños para ducharnos e servicios, agora témolos vetados...".
El covid ha "confinado" a los camioneros en el interior de sus cabinas, donde, como dice Parafita con cierta ironía "xa pasabamos pouco tempo antes". "Dende marzo non podes nin xuntarte con algún coñecido", señala. El ourensano todavía recuerda el escenario de los primeros meses de la pandemia, con bares y restaurantes cerrados, "que tristeza".
"Nesta época o que fas ao final é traballar e para casa, traballar e para casa", explica el camionero Rafael Domínguez, que hace hincapié en la soledad a la que se enfrenta el sector desde el inicio de la pandemia. "Sempre estás ti só, pero agora xa non podes nin charlar con alguén mentres comes ou mentres repostas. Para min iso é o peor desta situación", señala.
En su caso, también hace uso de tápers y bocadillos. "É que nun sitios podes entrar nos locais hosteleros, noutros non...", apunta.
Domínguez destaca la capacidad de adaptación de las áreas de servicio, que empezaron a servir comida para llevar desde marzo. "Sempre se agradece algo quente para comer", recuerda.
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