La crueldad hacia los animales podría tener su origen en una psicopatía

 Dos perros enjaulados.
photo_camera Dos perros enjaulados.

En este tipo de actitudes puede pesar la historia vital de cada persona 

Los casos de maltrato animal salen a la luz con más frecuencia, sucesos de animales sometidos a condiciones extremas que puede tener su origen en una psicopatía o sociopatía de la persona que los lleva a cabo, explica la psicóloga Mabel García Medina, especialista en trauma. Un perro con las patas atadas dentro de una bolsa flotando en una playa de Ceuta, una mula muerta por falta de agua y sombra en Almendralejo (Badajoz), 15 perros muertos y 87 malnutridos en una finca en Torrelaguna (Madrid) o una potra muerta por falta de asistencia veterinaria son algunos de los últimos casos conocidos de maltrato animal.

“Existen muchas razones” para que se produzca el maltrato animal, como la “falta de empatía con el otro ser, que hace que no se siente lo que puede sentir el otro, o porque se ve a los animales como “seres inferiores”, explica la experta. Se produce con ello una “falta de conexión con el otro ser que puede ser causada por una psicopatía”, personas con un daño neurológico, o por una socipatía, un comportamiento que normalmente, “tiene que ver con un trauma grave que no ha sido detectado antes” y relacionado “con violencia y agresividad”.

Son personas que “recibieron maltrato para ser dominadas”, por lo que entienden que “deben actuar de la misma forma con otros seres”, como pueden ser los animales, y ven correcto que puedan maltratarlos y hasta matarlos si estos no les obedecen, asegura García Medina. 

En este tipo de actitudes puede pesar también la historia personal de cada persona, “el aprendizaje que se haya tenido para controlar al otro, sentirse por encima, sin sentir su dolor”. Cuando una persona “aprende a defenderse con agresividad y violencia” como una manera de control, luego “ejerce la violencia como control con otros seres”.

Son actitudes que tienen que ver “con el narcisismo y con la psicopatía o la sociopatía, y cuando se hace daño a un animal es porque la persona se siente por encima del otro, siente el control”. Defiende García Medina las terapias con animales, ya que estos producen una “desactivación del sistema nervioso simpático, calmándose el sistema límbico del cerebro, que tiene que ver con el miedo y la agresión”.

Por su parte, la portavoz de la organización animalista Free Fox, Alicia Roa, cree que en España se avanza “muy lentamente” en los temas de maltrato animal y reclama una legislación que proteja de verdad a los animales, incluyendo a los animales silvestres que están totalmente desamparados”.

La activista defiende que cuando un animal silvestre resulta herido, en los centros de recuperación de animales en España se “eutanasia” a las especies cinegéticas y en muchos casos “sirven de alimento” para otras consideradas amenazadas o protegidas. Cree que las administraciones “son taurinas y cinegéticas”, la muerte de los animales “forma parte del negocio de las mismas y de todos los que las apoyan” porque “existen muchísimos intereses”, afirma.

En su opinión, no aumentaron los casos de maltrato animal, pero se han hecho mas visibles desde que existen las redes sociales. No obstante, asegura, “ahora hay más conciencia individual y colectiva, a la gente le repugna el maltrato de los animales”.

Por otro lado, Pacma, una formación política partidaria de proteger a los animales, denunció el pasado jueves ante el Ayuntamiento de Vilalba los “malos tratos a animales” en las ferias de ganado y en los mercados locales, por lo que pide prohibir ese tipo de comercio. 

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