En los últimos años se han comenzado a popularizar una serie de términos pertenecientes al mundo cripto, un ámbito de Internet en el que conviven diversos conceptos como las criptomonedas o los NFT. Son muchos los que se han interesado por divisas como el dogecoin (inspirada por un meme), el ethereum o el bitcóin (adaptación al español del anglicismo bitcoin). La misma Facebook se ha cambiado de nombre a Meta para aprovechar el rebufo y hablar ya de su metaverso.
Esta última moneda, el bitcóin, ha sido protagonista por el caso de estafa sucedido en Ourense, en el que se ven involucrados un ourensano como víctima y un ciudadano indio como autor. Según informó la Policía Nacional, el estafador se identificó como un supuesto técnico de Microsoft. Tras picar el cebo, la víctima se percató de que se habían retirado 2.600 euros con su tarjeta. El objetivo: comprar bitcoines.
Historia
El bitcóin es una criptomoneda y a la vez un sistema de pago. No tiene un administrador único o un banco central, como por ejemplo sí tienen divisas como el euro. Para explicarlo de manera clara, se podría decir que el bitcóin funciona a través de una red entre ordenadores que permiten realizar transferencias en esa moneda.
Lo hacen a través de un sistema conocido como blockchain, en castellano, cadena de bloques. Sencillamente y en resumen, es un sistema de almacenamiento de datos que impide que se falsifique dinero.
El bitcóin fue creado en 2008 por un misterioso personaje con el seudónimo de Satoshi Nakamoto. Desde entonces no ha parado de crecer. En 2010, con 10.000 bitcoines solo se podían comprar dos pizzas. Hoy día, la misma cifra puede canjearse por más de 350 millones euros.
Criptomonedas y delincuencia
Aunque el uso de criptomonedas tiene sus pros, también tiene sus contras. Algunos de ellos son la alta fragilidad y volatilidad del mercado; o el elevado coste ambiental de "imprimir" bitcoines. Técnicamente se llama minar e implica la resolución de complejos problemas matemáticos, un proceso que se lleva a cabo por potentes ordenadores que consumen una gran cantidad de energía.
Otro de sus puntos flacos es la relación que guarda con los callejones más oscuros de la sociedad, aunque como en todo, en principio se trata de una porción pequeña de los usuarios. Pero el anonimato que brinda usar las criptomonedas es una perfecta máscara para que grandes organizaciones criminales blanqueen dinero con su compra.
Y por supuesto, el elevado valor del bitcóin también atrae a los estafadores. Se han documentado casos de estafas piramidales. En un ámbito más clásico, la sed de dinero rápido incita a los timadores a obtener divisas como el euro para adquirir criptomonedas, que en el fondo son activos financieros valiosos. Este es el caso de phishing que afectó al ourensano estafado.
Cómo esquivar el 'phishing'
El phishing es un tipo de estafa a través de Internet cuyo objetivo es que compartas tus datos privados -contraseñas, números de cuenta- con el estafador. Del mismo modo que en el caso publicado por La Región, el autor envía un mensaje -o llama, como sucedió en esta ocasión- identificándose como una persona, institución u organización de confianza. La víctima se encuentra con un mensaje pensado para asustarle, y el estafador le otorga una o varias webs que imitan los sitios "originales" para que el engañado se confíe, pique e introduzca sus datos privados.
Para evitar el phishing, siempre que vayas a introducir datos bancarios, contraseñas u otra información especialmente sensible, comprueba que la dirección web tiene certificado de seguridad. En ese caso, comenzará con HTTPS. Puedes, asimismo, tratar de comunicarte con la empresa a través de los datos de contacto oficiales de su web; y en último caso, recuerda siempre que es mejor ser cautos y prevenir antes que curar.
