El estiaje secó totalmente el arroyo Mariñán. El lecho del cauce puede verse sin tan siquiera un charco, una circunstancia que sí dejó a la vista el estado de abandono en que se encuentra. La vegetación cubre totalmente el lecho fluvial, donde también llama la atención la gran cantidad de desperdicios arrojados desde las orillas. Aquí pueden verse de vasos o envases de plástico hasta botes de bebidas, dando lugar a una imagen que deja mucho que desear.
