La cita será el sábado 23 de marzo, a las 19,00 horas y tendrá 15 minutos para su intervención, que no le dan ni para empezar, según dice.
¿Quién es Gelines Sanabria?
Yo soy de Valdeorras, porque a mí me gusta decirlo así. Fui bautizada en un sitio, hice la comunión en otro, me confirmé en otro. Soy un híbrido zamorano y rubianés, pero me siento más unida a Valdeorras que a Zamora.
Maestra de profesión…
Nunca he dejado de serlo, mis alumnos nunca serán ex alumnos. Es que es algo vocacional y, además, yo pude hacer la carrera. Estudié en la Academia Dequidt de O Barco, que en mis tiempos era una de las mejores de España. ¡Teníamos un nivelón! ¡Más que en Madrid! Pero la sociedad de aquel momento era muy machista. Yo, como tantas otras, tuve que hacer todo el Bachillerato por libre y me examiné en Ponferrada, donde tenían que ir a hacer el examen las mujeres. Mi padre quería que yo fuera farmacéutica; mi madre era más permisiva, “deja a la niña que haga lo que quiera”, le decía. Saqué la oposición de número dos.
Es una persona muy activa…
No soy de estar sentada… Soy socia fundadora del Orfeón Valdeorrés en el 1979, un empeño personal con mis compañeros que nos costó mucho sacar adelante. Soy cofundadora de Manos Unidas en O Barco, y también la primera persona que llevó el ropero de Cáritas, con Elenita, cuando aún no se había inaugurado la Iglesia de Santa Rita; ¡cuántas cosas hicimos en Cáritas! También soy miembro de la Cofradía de Jesús Nazareno. Les regalé el estandarte. Y mi madre la Virgen del Camino, que a día de hoy luce en el atrio de la iglesia parroquial.
Y ahora pregonera, ¿cómo se siente?
Cuando me lo propuso el párroco, Jesús Álvarez, me sorprendí. Se lo agradezco mucho pero sí que es verdad que llega en un momento un poco malo de salud. Por eso estoy con unos nervios terribles, porque es una responsabilidad muy grande. No es lo mismo ejercer como maestra que hablar para quien sé que viene porque me quiere. Soy una persona muy emocional.
Pero usted es una “mujer de armas tomar”…
(Ríe) Bueno, cuando era joven tenía la capacidad de mantener a raya a 67 alumnos que tenía a mi cargo en clase. La verdad es que tuve mucho apoyo para estudiar. Estuve 15 años en Barcelona trabajando, trabajé muchísimo y también viajé mucho. Julia Crespo, también maestra y amiga, me llamó para decirme que habían salido unas plazas que no eran del consurso general, y obtuve una en Rubiá. Me fui de Barcelona por el estrés que tenía siendo directora allí y a los tres meses era directora en Rubiá. Hasta me condecoraron en 1981, y esto lo saben pocos, con un voto de gracias del Consejo de Inspección Básica de Ourense. Y de Rubiá, me fui al colegio Julio Gurriarán de O Barco.
¿De qué hablará en el pregón?
De la Semana Santa en O Barco que había cuando era niña. De mis recuerdos. Y a ver cómo lo hago para no pasarme de los 15 minutos reglamentarios, porque tengo mucho que contar.
