La visita que esta semana realizó el portavoz de Javier Lago Mestre, portavoz del colectivo berciano Fala Ceibe, a O Barco puso nuevamente sobre la mesa una de las carencias culturales más significativas del concello y también de Valdeorras, la falta de un museo. El Instituto de Estudios Valdeorreses (IEV) lleva décadas llamando a las puertas de la Administración para que cree uno, pero sus esfuerzos siempre fueron en vano. Su presidente, Aurelio Blanco Trincado, aludió a los hallazgos de los últimos meses en yacimientos como los de Vilamartín o Larouco cuando explicó que, “con un museo, las piezas podrían quedar en la comarca” y no acabar en museos de otros lugares o en manos de particulares.
“El IEV tiene 42 años de historia y ya lo pedimos antes de que existiera. Siempre reivindicamos un museo”, comentó Blanco Trincado. Este interés, sumado a las expectativas fundadas en la respuesta de la Administración, llevó a un grupo de estudiosos a constituir la Asociación Amigos del Museo, que llegó a federarse en la Federación Española de Amigos de los Museos. Hace tiempo que este colectivo se dio de baja. “Éramos la única asociación que no tenía museo”, explicó.
Coleccionista de objetos y documentos relacionados con Valdeorras, Aurelio Blanco confiesa su deseo de donarlos a una entidad que se ocupe de cuidarlos y qué mejor que un museo para su exhibición. “Hay gente que está dispuesta a donar”, comentó. Inmediatamente comentó como un vecino de O Barco optó por vender a un particular una más que interesante colección etnográfica que poseía, después de aguardar por el museo varios años.
La posibilidad de crear un museo de la minería en las instalaciones antiguas de Cedie fue una vía que hace meses planteó el alcalde de O Barco, Alfredo García Rodríguez. A esta opción aludió ayer la concejala de Cultura e Educación, Margarida Pizcueta Barreiro. “É facer un museo da minería da pizarra, do wólfram e o ouro, que enlazase co xacemento arqueolóxico de San Salvador”, comentó antes de destacar la estrecha relación que los investigadores detectaron entre el yacimiento romano de A Pobra (O Barco) y las Médulas bercianas. “No 2016 falouse coa Fundación Las Médulas e estaban interesadísimos”, añadió. Ahora, el Concello baraja un proyecto para reconstruirlo digitalmente.
Para Margarida Pizcueta el museo “é algo necesario para dar a coñecer a riqueza patrimonial que temos”, aunque apuntó que su apertura no se consigue de la noche a la mañana. “De facer un museo, que sexa potente”, comentó. Seguidamente, refirió el alto coste que entraña su puesta en marcha y el mantenimiento.
