El consumo de alcohol es elevado entre bercianos y valdeorreses. De estas comarcas acuden a Beda, en Ponferrada, para tratar su dependencia. El aumento de casos llevó a O Barco a pedir una consulta para la villa.

De desintoxicación al Bierzo

Una reunión de familiares y alcohólicos, en las instalaciones bercianas de Beda. (Foto: L.R.)
La Concellería de Servizos Sociais, Igualdade e Xuventude de O Barco pretende que los profesionales del Centro Específico para el Tratamiento del Alcoholismo Beda, con sede en Ponferrada, se desplacen hasta la villa barquense. 'Estamos buscando la forma de que realicen los tratamientos en O Barco', dijo la concejal Natalia Álvarez Diéguez. María Bretaña Casado, psicóloga del servicio, confirmó ayer esta posibilidad desde el centro berciano. 'Llevan tiempo solicitándolo. Una compañera podría desplazarse un día a la semana', dijo.
La presencia de valdeorreses en Beda no es de ahora. En la comarca funcionó el 'boca a boca', pero también los médicos de los centros de salud y el personal de Servizos Sociais derivaron pacientes a Ponferrada. Las charlas que los profesionales del servicio impartieron en colegios y concellos del oriente ourensano también tuvieron su importancia al buscar las razones que posibilitaron que un grupo de alcohólicos de Valdeorras recurriesen a ellos en busca de ayuda para dejar la bebida. Sin ir más lejos, 10 de las 100 personas que se incorporaron al tratamiento a lo largo de 2011 proceden de la comarca ourensana.

La psicóloga María Bretaña tiene sus raíces en Ourense, más concretamente en Maceda, donde nació, pero lleva muchos años residiendo en Ponferrada. Ayer se mostró cauta al analizar una posible relación entre la crisis económica actual y el aumento de los casos de alcoholismo (el número de personas incorporadas al tratamiento durante el año pasado supera en un 10% al de 2010). Esta ourensana explicó que tanto en tierras bercianas como en Valdeorras 'son comarcas donde se bebe mucho. Tenemos a gente de las canteras, pero para beber no hace falta crisis, se llega por muchas vías, como por el consumo durante el fin de semana'. En todo caso, las personas que llaman a las puertas de Beda no llevan dos días consumiendo alcohol. 'La gente que viene ya tiene dependencia. Si bien es posible que la gente que está en paro y que bebía de forma moderada consuma más bebidas alcohólicas, debido al estrés que produce, habrá que esperar unos años para comprobar si aumentó', dijo.

En Beda trabajan seis profesionales: tres psicólogos, dos médicos y una trabajadora social. Su labor abarca desde el primer diagnóstico hasta el tratamiento en grupos o individual. Aunque el alta suele darse a los dos años, el centro realiza un seguimiento durante los meses siguientes, dado el carácter crónico que presenta el alcoholismo. En su financiación colaboran la Junta de Castilla y León, la Diputación de León y los concellos de Ponferrada y O Barco. Este último prevé subir su aportación de unos 2.000 a los 3.000 euros.

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