El efecto covid dispara en la pizarra el empleo y el precio

La línea de recuperación de las exportaciones iniciada por el sector de la pizarra, después de aguantar el parón de mes y medio que provocó el covid-19, está teniendo dos efectos paralelos. Por un lado, propicia la eliminación de las existencias en almacenes de canteras y distribuidores. Además, disparó la necesidad de trabajadores, fundamentalmente especializados. En la actualidad, los empleos directos que genera el sector en Galicia oscilan en torno a los 2.400. El cómputo del acumulado de exportaciones durante los tres primeros trimestres de 2020, último dato que manejan los empresarios del sector, refleja un descenso del 7% en las ventas al exterior, respecto al mismo periodo de 2019. El porcentaje no es bueno, pero era mucho peor hace un mes, cuando la diferencia fue del 8,8%. Entre enero y septiembre viajaron hacia el extranjero 339.488 toneladas de esta piedra, facturando las pizarreras 193.182.769 millones de euros. Destaca el buen momento de la construcción en Alemania, un país que, lejos de reducir sus compras en este año de pandemia, las incrementó en un 5 %, alcanzando las 51.020 toneladas. El parón que la producción de esta piedra registró entre el 24 de marzo y el 4 de mayo, provocado por el covid-19, favoreció la salida de la piedra almacenada. Tal es así, que las canteras aún no fueron capaces de elaborar el producto suficiente para atender toda la demanda. "Falta material. No hay existencias, ni aquí ni fuera. No hay 'stock'", afirmaron fuentes empresariales. Una demanda que supera la oferta existente favorece a la subida de los precios. "Permite rentabilizar las empresas, después de la caída de la construcción en 2008", indicaron esas mismas fuentes. Según las últimas cifras, el precio medio de la tonelada alcanza los 569 euros, un 4 % por encima de las tarifas de hace un año. Además del vaciado de los almacenes, la dinámica de aumento de la actividad en el sector también se traduce en una demanda de personal que las canteras no dan cubierto y que agrandan las jubilaciones. "La gente dispuesta a trabajar, aquí tiene empleo", comentaron en el sector. Las empresas se las ven y se las desean para cubrir las necesidades de palistas, barrenistas o labradores de pizarra, pero también otras procedentes de la Formación Profesional, como torneros, soldadores o electricistas, entre otros. Alemania, Estados Unidos y Portugal aumentaron compras Los importadores alemanes no son los únicos que aumentaron sus compras en las pizarreras, también los de Estados Unidos ganan posiciones en el ranking de importadores de pizarra. Sus compras aumentaron un 20 % y alcanzaron las 7.655 toneladas, situándose muy cerca del cuarto y al quinto clientes de las canteras: Bélgica e Irlanda, con 14.935 y 11.233 toneladas, respectivamente. También Portugal aumentó sus importaciones de la roca que representa el 26 % del Producto Interior Bruto de Valdeorras, según la Xunta. Hasta el país vecino fueron transportadas 4.109 toneladas, es decir, la pandemia del covid-19 no impidió que los compradores lusos incrementasen su demanda en un 255 %, respecto al ejercicio anterior. Alemania, Estados Unidos y Portugal son las buenas noticias de un sector que coloca en el plato opuesto de la balanza la caída de las ventas a su mayor cliente: Francia. Las importaciones galas descendieron un 7 %, lo que no les evita continuar liderando en solitario esta peculiar lista, con 144.710 toneladas. A pesar de esta bajada, en el país vecino, los precios aumentaron un 3 % de media, lo cual no deja de ser una más que buena señal. Tampoco el segundo comprador de pizarra atraviesa un buen momento. El Reino Unido adquirió 89.480 toneladas, que supusieron una caída del 18 % respecto a los nueve primeros meses de 2019, influyendo también la amenaza del "brexit". En este caso las tarifas tampoco acompañaron el descenso del volumen de roca exportada, sino todo lo contrario, pues el precio subió un 7 %.