La pizarra gana penetración entre los arquitectos gallegos

Valdeorras es tierra de pizarra y, aunque existen otras zonas de Galicia productoras, aproximadamente el 80% de la pizarra gallega se extrae en la comarca, según el Clúster que aglutina a las empresas del sector. El uso privado -generalmente en viviendas unifamiliares- o público de este material gana terreno en Galicia. Cada vez son más los arquitectos de nuestra tierra que apuestan por integrar la pizarra en las obras que proyectan.

Uno de estos profesionales es Anxo Sánchez. Este arquitecto lucense destacó que “las fachadas y cubiertas de pizarra han permitido resolver exigencias técnicas y estéticas tanto en la arquitectura tradicional como en la contemporánea”. A su juicio, se trata de un material con “una efectividad probada durante siglos que facilita soluciones técnicas actuales” y citó como ejemplo “las fachadas ventiladas”, con “técnicas y costes competitivos”. En general, considera que es un material muy versátil y en sus proyectos lo ha utilizado tanto en cubiertas como en fachadas o pavimentos, en revestimiento de paredes o simplemente como elemento decorativo.

Obra suya es la vivienda familiar de Marcoi, en el Concello de Lugo, caracterizada por una singular cubierta de pizarra valdeorresa que continúa en una fachada al norte en la que la pizarra dota al conjunto de una gran intimidad, a la par que de una mayor ventilación. Su promotor e inquilino, José María Díaz, está “encantado” con la elección de la pizarra. Considera que este material aísla más del frío, en general, pero también de la humedad. Además, “evita el calor excesivo”.

El arquitecto Anxo Sánchez también es artífice de otra singular obra arquitectónica en la que la pizarra valdeorresa cobra especial protagonismo. Se trata del albergue para peregrinos de Portomarín “Pons Minea”. Su propietario y promotor, Miguel López, aseguró que eligió este material para la fachada porque la cubierta era a dos aguas y la pizarra permite dotarla de ventilación. “Gracias a la pizarra, casi no es necesario encender la calefacción en el albergue. Solo lo hacemos cuando las temperaturas descienden dos o tres grados bajo cero”, afirmó. Su diseñador añadió que la piedra de las canteras valdeorresas presenta una “volumetría sencilla, reconocible, rotunda y serena, en un lugar significativo, ya que el Camino de Santiago entra en Portomarín al lado de este edificio”.

La pizarra, en este caso verde y procedente de Pol, también fue elegida para rehabilitar una vivienda en el centro de Chantada. La obra, que ahora se está ampliando, emplea este material tanto en la zona de la entrada desde el exterior, como en el salón, comedor, cocina, aseo, sala técnica u oficina. “Así un único material resuelve óptimamente las necesidades de muchos espacios diferentes”, opinó Anxo Sánchez, el arquitecto que realizó el diseño. Rafael Viñas, el dueño de esta casa en Chantada, tierra de muros de granito y cubiertas de teja, aclaró que lo que más le convenció para escoger la pizarra verde fue la estética. “Nos gusta mucho”, y añadió “que la piedra utilizada no está pulida ni acabada” en la vivienda.

El proyecto ganador del I Concurso de Construcción con Pizarra, promovido por el Clúster de la Pizarra de Galicia, es otro ejemplo significativo del uso de este material en el interior de Galicia. Obra del arquitecto ourensano Pablo López Prol, la intervención de rehabilitación llevada a cabo abarca tres construcciones adyacentes. Su objetivo era convertir antiguas casas de labranza, actualmente sin uso y en un estado de deterioro avanzado, en una vivienda a través de tres volúmenes originariamente separados. La intención fue respetar los materiales tradicionales presentes en esta edificación y en su entorno, así como sus cualidades beneficiosas, como es el caso de la inercia térmica. El cambio más relevante fue, precisamente, la elección de pizarra tradicional en lugar de teja, material que ya de por sí no era original, restituyendo el acabado tradicional de la construcción.