Un pueblo de O Barco homenajea al vecino que aportó 72.000 euros para una carretera

Los 10 vecinos de Fervenza (O Barco) se visten de fiesta el próximo sábado, 22 de septiembre, para homenajear a su benefactor: Sergio Ojea Ramos. Una placa recordará su apoyo desinteresado al pueblo. Aunque falleció hace tres años, su nombre sigue presente en el recuerdo. Gracias a su donativo de 72.000 euros, el viaje entre Cesures y Fervenza se realiza por una carretera en condiciones, pero también la conservación de la iglesia le debe mucho. El homenaje lo organiza la Concellalía de Medio Rural.

“Foi do mellor para o pobo. Daba diñeiro para todo”, comenta Joaquín Ojea, pariente lejano de Sergio Ojea Ramos, quien recibirá el homenaje del pueblo de Fervenza y del Concello de O Barco, el próximo sábado, 22 de septiembre. El acto lo organiza la Concellalía de Medio Rural, que dirige Luis Arias.
La unanimidad de los vecinos es total al preguntar por el homenajeado. “Foi moi bon home para o pobo”, dice Carmen Fernández, que también reside en Fervenza. Añade que el buen estado de conservación que ofrece la iglesia parroquial es debido en gran medida a los donativos de Sergio Ojea. “Sempre daba para a igrexa”, indicó la vecina.
Desde el arreglo de la cubierta del templo hasta la construcción de unas andas para sacar en hombros a la imagen de la Virgen de los Dolores, cuya restauración también asumió, son obra suya. Esta iniciativa altruista permitió recuperar una procesión que no salía en unos 50 años.
Pero su donativo más costoso fue la financiación del arreglo de los dos kilómetros de carretera que comunican Fervenza con Cesures. Sergio Ojea aportó 72.120 euros para costear los trabajos de limpieza, explanación y ensanche del vial. En la actualidad, quienes visitan el pueblo deben circular por esta pista.
En estos momentos, los promotores del homenaje dudan si deben colocar la placa conmemorativa al lado de la carretera o bien en el pueblo. Con independencia de la decisión que adopten finalmente, el concejal socialista de Medio Rural explicó que el homenaje pretende “recoñecer os esforzos que fixo para facer o camiño do pobo de Fervenza”.
“A pena é que morreu e non viu a estrada feita”, comenta Joaquín Ojea, pues Sergio Ojea fallecía hace tres años, siendo enterrado en el cementerio de Fervenza. Aunque siendo Manuel Fraga presidente de la Xunta se comprometió a asfaltar la pista, la obra no se ejecutó hasta el año pasado.

Al cumplir 18 años, Sergio Ojea Ramos abandonó su Fervenza natal. Viajó a Madrid, donde comenzó su vida laboral vendiendo melones para un tío suyo. Pocos años después, este barquense era propietario de media docena de galerías de alimentación en la capital del Estado.
También construyó la discoteca Paladium de Torremolinos, promoviendo numerosas urbanizaciones en el territorio estatal. De sus actividades dan fe los jóvenes de Fervenza a quienes empleó.

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