La 'V Xuntanza das pandillas de O Barco' reunió a los héroes de la edad de oro del baloncesto local, de 1949 a 1990. En el Teatro Lauro Olmo revivieron las historias de cuando los rivales temían jugar en la cancha barquense.

Viejas historias de basquet

Los 'pandilleros' posaron para el fotógrafo al finalizar su encuentro, celebrado dentro de las fiestas. (Foto: LUIS BLANCOL)
Hubo un tiempo en el que los contrarios del Club Baloncesto Barco tenían pavor a jugar en la cancha barquense.
En aquellos años, los partidos se hacían eternos si el conjunto local perdía y no finalizaban hasta que éste se ponía por delante en el marcador. Era cuando los árbitros se olvidaban de pitar las faltas que cometía el club anfitrión y la 'mesa' solía anotar en el casillero equivocado las canastas del visitante ante un público enfervorizado. Estos fueron los inicios del equipo que ayer reunió a una veintena de exjugadores en la 'V Xuntanza das pandillas de O Barco', un acto que forma parte del programa de las 'Festas do Cristo que organizó la Concejalía de Cultura.

El acto se desarrolló en el Teatro Lauro Olmo y combinó grandes dosis de humor con vivencias personales de los tiempos heroicos del basquet local, que se desarrollaron entre los años 1949 y 1990. Se habló de un equipo que llegó a militar en Primera División nacional, cuando un conjunto ACB, el Club Baloncesto Breogán, sólo pudo empatar en un partido que pareció eternizarse.

Los protagonistas fueron subiendo al escenario para contar sus anécdotas y recuerdos de compañeros, algunos ya fallecidos. Fue mencionado varias veces José Luis Fernández 'Requeté', pues el tándem que formó con su hermano Ángel mantuvo vivo el espíritu del equipo durante muchos años. El primer orador fue Arturo Rodríguez, jugador de la primer plantilla del club y después árbitro. 'Cuando yo arbitraba, no perdían ningún partido', declaró. A continuación, Andrés Fernández, confirmó que 'el reloj sólo corría cuando el Barco ganaba'. Rafael Crespo prefirió quitar hierro y expuso que 'tenemos muy mala fama pero pasó, ni más ni menos, lo mismo que en otros sitios'. Eduardo Gómez Vidal reivindicó la declaración de 'patrimonio inmaterial de o pobo' paa el CB Barco y Fernando Dacal reconoció que el equipo le hizo levitar al asegurar que 'o ruxir do público me levaba en volandas ao campo'. Hipólito Puente cerró el capítulo de intervenciones recordando el único objetivo que rige la labor de los miembros del club desde sus inicios: 'gañar'.

A semejanza de los Premios Goya, la Xuntanza que organizó el equipo del concejal Eduardo Ojea tuvo presentadores-actores. Eladio Santos, Reyes Limia y Maite López, los tres pertenecientes a la compañía Gargallada Teatro, echaron mano del buen humor para ir dando paso a las glorias baloncestísticas locales, 'eternas e irrepetibles', usando los calificativos que un entrenador de moda empleó con sus jugadores. Antes de posar para la foto de familia, el cantautor local afincado en tierras catalanas, 'Sito', puso la nota musical de la mañana.

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