Nacho Nugo, el camino del joven actor de Celanova

Desde niño, Nacho Nugo tuvo claro que quería ser actor, así que hizo maletas y se fue desde Celanova a Madrid, donde se formó y comenzó a hacer sus primeros castings

A pesar de su juventud, ya cuenta con una larga trayectoria como actor. Cuéntenos, ¿cuáles fueron sus primeros pasos?

Inconscientemente, y de forma natural, la interpretación siempre me atrajo. Me pasaba horas y horas con mi hermana viendo series y películas… y no hablo de las más actuales, que también, hablo de filmes históricos, clásicos del cine… además siempre participaba en las obras de teatro del colegio.

Con los años, cuando me tocó decidir mi futuro profesional, tenía claro que quería formarme en el mundo de la interpretación, algo a lo que en Celanova no tenía acceso. Así que, para disgusto de mis padres (risas) aunque luego me apoyaron mucho, dije eso de “quiero ser actor”. Y tocó irse a Madrid donde hice cursos, entré en una escuela, busqué representante para los primeros castings… y comenzaron a salir cosas.

¿Cómo recuerda ese primer casting? ¿Y su primera actuación?

Con muchos nervios. El primer papel fue en la serie “Serramoura” una serie de moda del momento en el que participé con un pequeño papel en un episodio.

Un episodio que dio lugar a una anécdota y una casualidad de esas que te trae la vida…

Cierto. Coincidí en el capítulo con el actor también ourensano Chechu Salgado. Años después coincidimos en “Servir y Proteger”, de TVE, e incluso vivimos juntos en Madrid un año. La vida da muchas vueltas…

Y Chechu Salgado también fue portada del Vida y ahora tiene un Goya… ahí lo dejo.

(Risas). ¡Pues a ver si sigo ese camino!

Volviendo a sus primeras apariciones, la pequeña pantalla gallega le abrió sus primeras puertas.

Sí. Fueron papeles en series como “Urxencia 0”, “A Estiba”… y poco a poco los papeles fueron siendo más grandes hasta que llegó en el 2018 “Lobos y cordeiros”, que ahí ya tenía un papel protagonista.

No se puede negar que su imagen de “niño bueno” viene con sorpresa en los papeles que interpreta.

No lo dirás porque casi siempre acabo siendo el malo… (risas). La verdad es que me tocan personajes bastante oscuros, con un lado que de entrada el público no se espera. Personalmente creo que para cualquier actor interpretar a un personaje “no tan bueno” es un regalo porque supone un reto. A mí me causa muchos nervios, intento poner mucho de mi parte a nivel de trabajo porque no es fácil ya que están alejados de lo que tú eres. En mí caso concreto, cuando comenzaba en las escuelas me decían que mi perfil, más aniñado, inocente, encajaba en otros papeles. De repente cuando llegó la serie “Néboa” con un papel tan perverso, se abrió una veda.

Y desde entonces está siendo un “malo muy bueno”.

Creo que sí. Los productores empezaron a ver en mí esas posibilidades que no habían visto en ese momento. Y ahí está el juego…

¿Es muy complicado hacerse un hueco en este mundo?

Soy consciente de lo mucho que hay que luchar, pero con todo ya me siento un privilegiado porque cada vez cuentan conmigo de forma más habitual. Incluso uno de los últimos papeles que interpreté no tuve que hacer casting, algo poco frecuente. Siento que ya cuentan conmigo y que estas últimas series me han dado más visibilidad. Eso no quita que cuando comencé a hacer castings recibí muchos “no”. Madrid es muy grande, hay mucha gente buscando su hueco, y muchos de mi edad que se han dedicado a la interpretación desde niños y están más formados y espabilados.

¿Qué aprendió de esos rechazos para algunos papeles?

Duelen mucho, pero curten. Ahora me doy cuenta de que muchas cosas que no salieron en su momento, y que yo me moría de pena, hubiesen significado la pérdida de una oportunidad porque yo no estaba todavía preparado. No era el momento.

Ahora, rodando para la serie “Amar es para siempre”, ¿cómo es su día a día?

¡Intenso! Al ser diaria, me despierto muy temprano, a las 05,00 horas para salir de casa pasar por “chapa y pintura” y jornadas de rodaje de 10 horas de media. Son tantas horas que tienes poco tiempo para estar con la familia y amigos, así que los compañeros de rodaje acaban siendo parte de ese “miniuniverso” para lo bueno y lo malo. Apoyándonos unos a otros y aprendiendo mucho. Eso sí, duermo muy muy poco.

Formación y experiencia, son dos aspectos clave.

Totalmente. Es verdad que es una profesión maravillosa, que hace que tengas experiencias únicas. Pero esto no es solo que te maquillen, salir guapo a decir unas frases y tener millones de seguidores. Eso igual, con suerte, lo tienes como consecuencia de un proyecto con mucha repercusión. Pero el día a día es trabajar, trabajar y trabajar, estar lejos de tu familia, echarle muchas horas. Y, sobre todo, ser muy constante y trabajador.

¿Cómo se siente viendo que con tesón ya tiene su hueco?

Me emociona mucho. Es verdad que estos años se me han pasado rápido, pero echando la vista atrás veo cada casting, cada papel, y si de algo estoy orgulloso, es de que me lo he currado y que sigo en ello. Pero como buen gallego, cada vez que la noria se baja, yo ya estoy remando para volver a subir.

De todos los papeles que ha hecho, ¿hay alguno que recuerde con especial cariño?

“Néboa”, por estar ambientada en Galicia, por ser mi primera gran producción a nivel nacional, y rodada en exteriores, algo muy duro. Ahora “Amar es para siempre” también está siendo muy especial por lo que supone tantas horas diarias de trabajo. Es toda una másterclass.

Y con gente con una trayectoria consolidada.

Gente que yo veía y admiraba, son ahora compañeros con los que me voy de cañas… ¡es increíble! Pero es gente muy sana, que siempre está pendiente para facilitarte las cosas y ayudarte. A veces uno va con miedo por esa admiración que les tienes, pero trabajando codo a codo, ves que todos estamos trabajando por un proyecto común de la mejor manera. 

Y con muchos compañeros del audiovisual con raíces gallegas.

En cuanto a actores y actrices, creo que sobra comentar la calidad interpretativa que tenemos. Productoras, directores/as, guionistas… Y todos muy bien considerados a nivel nacional. Más allá, las localizaciones como un personaje más de un trabajo audiovisual, Galicia como espacio de rodaje lo tiene de todo y es muy agradecida delante de la cámara. Y eso significa trabajo en Galicia. A modo de crítica, te diría que las productoras que vienen a grabar a nuestra tierra deberían contar con un elenco gallego en papeles más destacados.

A corto plazo, ¿algún proyecto?

Toco madera… pero todo apunta a que será un buen año. De momento, lo que te confirmo, porque ya se ha hecho la “premiere” y en Ourense, es que en septiembre se estrena en cines “Amigos hasta la muerte”, de Javier Veiga y Marta Hazas, donde tengo un pequeño papel y es mi primera incursión en el cine.

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