Un COB con las defensas bajas pierde frente al Cáceres (92-77)

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El COB pierde la racha de victorias tras salir derrotado frente al Cáceres

En tres se quedó la racha de victorias del COB. Cáceres fue el escenario del fin de las sonrisas. Muy pronto se cogió las vacaciones de Semana Santa el equipo ourensano. Operación salida sin opción de llegar a buen puerto. Con la permanencia casi garantizada, los de Félix Alonso no saltaron a la pista tranquilos. Lo hicieron relajados. Y lo pagaron caro. Una puesta en escena para olvidar, una defensa sin teoría ni práctica durante tres cuartos y un último parcial donde, en estas fechas, se creyó por momentos en un milagro que no se hizo carne. Derrota y basketaverage que vuelta tras el 92-77 final.

No parecieron entender los ourensanos que era una buena ocasión para rematar la faena. A un lado de la pista, tigres dispuestos a dar zarpazos. Al otro, gatitos. Y esa intensidad se notó en un sinfín de canastas fáciles nada más comenzar. Un 14-3 de parcial cuando alguno no había roto a sudar. 

Kuath, víctima de escaso respeto arbitral y de que se tapa poco en ocasiones, sufrió problemas de faltas. Un “mix” de malas señales que, con un par de acciones favorables, cortó el COB para marcharse diez abajo al primer parón.

Fue largo. ¿Qué pasa con las mesas esta temporada?. Cuando se reanudó la acción, peor. Parcial de 8-0 para unos extremeños que no daban crédito y se iban 34-16.  Cera y Peciukevicius salieron al corte, aunque el lituano se echó manó a atrás y, con el muslo tocado, se acabó su partido.

Guion sin cambios y 50-32 al descanso. Un dato: el COB hizo la friolera de 0 robos de balón a estas alturas. Cuestión de intensidad.

En la reanudación, el COB mejoró. Pero eso distaba mucho aún de estar bien. Fue un combate nulo para mantener las distancias.  Se empezó a ver a un Chaz Williams con ganas. Eso, en una noche como esta, era hasta un lujo.

Fue el base estadounidense, junto con Cera y Del Águila, los que tiraron del carro en el último cuarto. Y ojo, casi hubo resurrección. Defendieron más y atacaron mejor, tanto que devolvieron el parcial de 0-8. Se colocaron a 9 puntos faltando minutaje como para poner nerviosos a los cacereños (70-61). Y con posesión. Pero ahí apareció Hasbrouck para cargarse a los suyos en la espalda y sofocar la rebelión cobista. Sus acciones de calidad hicieron que el COB se quedase con las ganas de un baile final. Derrota sin peros por 15 puntos que por momento apuntaba a una tragedia mayor en el fondo, porque en la forma apuntó y disparó.

Los ourensanos supieron sin anestesia que tranquilidad no es sinónimo de relajación en esta categoría. El miércoles, en el Pazo, tienen la ocasión de enmendar la plana ante el Almansa y ponerle el cuño a la permanencia. Revolcón, primero, y reacción, después, deberán ir de la mano.

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