El COB hace magia en el Pazo (85-81)

"Expecto Patronum”. Con ese hechizo Harry Potter se protegía de los “malos” para acabar consiguiendo siempre sus objetivos. El mago más famoso del mundo fue poco a poco haciéndose mayor a la vez que aumentaba su repertorio de trucos y demostraba su valentía. Está claro que el COB no es el segundo clasificado de una liga tan potente como esta a base de trucos y que tampoco ganó el partido de ayer por arte de magia, pero “habelas hailas”.

Moncho López volvió a sacar de la chistera un equipo capaz de ser superior muchos minutos, competir siempre y acabar ganando. De reinventar el juego teniendo que hacer grandes a pequeños y de minimizar la bajas, que cada vez son más y desde hoy siguen aumentando. Pero, como el de la lechuza, va haciendo cada vez más poderoso a su equipo. Al menos en confianza, en hambre y en ilusión. De paso ha convertido al Pazo en una caldera de creyentes que confían hasta el final en el truco que los deje boquiabiertos. Esta vez la función fue irrepetible.

El que se fuese del Pazo mediado el último cuarto se perdió una demostración más de porqué el baloncesto engancha a cualquiera. ¿Quién no vuelve en el próximo?

El aviso del peligro de Alicante no era en falso. Solo bajó la cabeza en el primer cuarto (22-12) y más por el enorme acierto en el tiro exterior cobista que por diferencia en el juego. Poco a poco los visitantes le fueron bajando ritmo al partido y el COB no supo cambiar ya esa dinámica.

A marcador bajo el Alicante se sintió más cómodo y eso le hizo además aumentar su acierto. En una plantilla donde el propio club ha reconocido que están todos los jugadores en el escaparate, la mayoría reivindicó su plaza.

Sergio Rodríguez, al que la grada quiere, pero por el que parece que el club no puede, mantuvo la delantera con grandes minutos en la recta final de la primera mitad, pero el partido ya estaba claro que había que masticarlo (36-31). Y no cambió nada tras el paso por los vestuarios.

Ogunsipe, Rodríguez, Moute a Bidieas y Lypovyy confirmaron la remontada en el tercer cuarto y en el inicio del último incluso parecieron sentenciar el partido. 12 de ventaja para un Alicante cómodo ante un COB nervioso (58-70).

Remontada cobista

Y ahí surgió la magia. Primero mordiendo en defensa en cada bloqueo y por cada rebote para dejar al Alicante sin meter una sola canasta en juego en los últimos cinco minutos. Solo tiros libres.

En ataque, Javi López con la varita. El base hizo de líder absoluto y por sus manos pasaron todas las acciones. Triples, asistencias a Romaro Gill y el balón decisivo. Fue valiente, atacó el aro y anotó una bandeja con adicional que convirtió la grada en un manicomio (73-72). Y todavía quedaba la locura con poco más de 2 segundos por jugarse. Tanto tiempo en baloncesto que pudo decirse hasta sin correr el reloj.

López tiró a fallar el adicional y en el palmeo los colegiados dieron posesión para el COB. Antes se sacarse de fondo el base cobista fue a reclamar el balón al banquillo visitante y, para criterio suyo y alguna imagen de televisión, se llevó un golpe en la cara de un miembro del banquillo del Alicante. El jugador cayó al suelo, el alboroto se disolvió sin grandes problemas y mientras los colegiados analizaban lo sucedido un nuevo cruce de palabras acabó con técnica al jugador local. López, el del Alicante, empató el partido y Moody no evitó la prórroga.

En el tiempo extra el COB sí fue claramente superior. Krikke abrió una renta para jugar algo menos agobiados, Rivas todavía le dio emoción a los minutos finales y Lisboa tomó el relevo de su compañero de posición para acabar con el partido y decidir una victoria increíble. El COB llega al parón soñando, pero también obligado a rearmarse porque no siempre funcionará la magia.