Admite que se obsesionó con una directora de banco de Bande

DELITO DE ACOSO

Ántoni R.C., de 37 años, admitió ayer ser el autor del hostigamiento sistemático contra la directora de una sucursal de Abanca en Bande.

El juicio se celebró ayer en el Penal 2.
El juicio se celebró ayer en el Penal 2. | La Región

El juicio, en el Juzgado de lo Penal 2, se resolvió ayer mediante una conformidad: el acusado admitió el delito de acoso a cambio de una rebaja en la condena, fijada finalmente en una multa de 360 euros.

El inculpado compareció por videoconferencia desde el Hospital Psiquiátrico de Piñor, donde se encuentra ingresado. Su defensa y la fiscal llegaron a un acuerdo teniendo presente una eximente incompleta de anomalía psíquica, ya que padece una esquizofrenia paranoide descompensada que, según el informe forense, le hacía interpretar la realidad de manera delirante en el momento de los hechos.

Los hechos, ocurridos entre septiembre y noviembre de 2022, relatan una obsesión que alteró por completo la vida de la denunciante. Según el escrito de acusación que el encausado admitió como cierto, acudía a la sucursal incesantemente, llegando a entrar hasta ocho veces al día en la zona del cajero automático solo para apoyarse en la barandilla y observar fijamente los movimientos de la directora.

El acusado admitió el delito de acoso a cambio de una rebaja en la condena, fijada finalmente en una multa de 360 euros.

El hostigamiento traspasó las puertas de la oficina. Cuando ella salía a tomar café o a comer, él la seguía. En varias ocasiones, aparcó su patinete eléctrico justo delante del coche de la mujer para bloquearle el paso y forzar un acercamiento. También entraba en los restaurantes donde ella comía para dar vueltas alrededor de su mesa e intentar entablar conversación, además de bombardearla con solicitudes de amistad en Instagram y Facebook que ella tuvo que bloquear.

Gritos en el bar

La situación se tornó amenazante el 10 de noviembre de 2022, cuando le gritó en un bar: “Te voy a reventar el coche”. La presión fue tal que la víctima sufrió alteraciones en su vida personal y profesional, viéndose obligada a pedir el traslado a otra sucursal en un municipio distinto para huir de su acosador.

Inicialmente, la Fiscalía solicitaba una pena mayor, pero tras el reconocimiento de los hechos y dada su condición médica, la condena se redujo a tres meses de multa a razón de cuatro euros diarios (360 euros en total).

La víctima renunció expresamente a la prohibición de aproximación, por lo que no se incluye orden de alejamiento en la sentencia.

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