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Hace poco mi abuela me enseñó una caja que estaba llena de cartas que ella misma había guardado ahí desde que era joven. Eran cartas que le escribían sus amigas, sus padres e incluso mi abuelo cuando eran novios. Me pareció algo tan bonito y especial que ahora me pregunto ¿por qué ya no hacemos eso?
Hoy en día, respecto a la sociedad en que vivimos, todo es por Whatsapp, mensajes de Instagram o notas de voz. Puede que de esta forma sea más rápido, pero también más frío. Considero, bajo mi punto de vista, que cuando alguien te escribe una carta a mano, que se toma su tiempo, piensa en las palabras que va a escribir, cuida la letra, decora el papel,... es mucho más especial y bonito. En cambio ahora todo se puede borrar, se pierde o queda olvidado en la nube de un dispositivo.
Sé que la tecnología es una gran ayuda para los humanos y no estoy en contra de ella, yo también la uso, pero siento que hemos perdido una tradición más antigua, importante y especial: la emoción de recibir una carta, de guardarla como recuerdo, de releerla años después y sentir un cariño especial hacia ella.
¿Se imagina que en vez de recibir un mensaje que diga “ok”, o un emoji, recibiéramos una hoja de papel con palabras bonitas, con dibujos o con historias? Para mí, sería como un regalo.
Creo que deberíamos volver a escribir cartas, al menos, de vez en cuando. Podríamos hacer en el colegio un “día de la carta” y escribirle una a nuestros compañeros, amigos, abuelos... Creo que sería un recuerdo bonito para el futuro. Tal vez parezca algo del pasado, pero podría ser una bonita costumbre para hoy en día.
Me gustaría que regresaran las cartas, aunque solo sea de vez en cuando.
Lucía Rodríguez (Estudiante de 4º ESO, Ourense)
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