Una navidad diferente

Me paso todo el año esperando a que llegue la Navidad. Me encanta deambular bajo las luces de Paseo de Gracia y tomarme un chocolate caliente con mis guantes de colores puestos. Comentar lo bonita que está la ciudad con mis amigos y todos los planes que quiero hacer de vacaciones. Cocinar galletas de chocolate y ver mis películas navideñas preferidas, que incluyen desde adaptaciones de los cuentos clásicos de Charles Dickens hasta la saga completa de Harry Potter. Me encanta pensar que es otra Navidad que paso con mi hermana como cuando tan solo éramos unas niñas pequeñas.

Me gusta tanto por la tradición que se ha creado alrededor de esos días y de todo lo que, de alguna forma, sabemos que se puede y debe hacer durante el mes de diciembre. De la misma forma me doy cuenta de que disfruto comprando para mi y para los demás, viendo qué regalos van a rodear el árbol de Navidad y qué complementos van a adornar la mesa del comedor. Todos hemos acabado ansiando que llegue año tras año una Navidad de consumo y desgaste. Este año me gustaría revivir ese espíritu de la Navidad que llevamos intrínseco en todos nosotros y, ya que no vamos a dejar de lado todas estas tradiciones actuales en las que creemos, que las sepamos practicar de forma consciente. Que hagamos por los demás, que regalemos a quien lo necesita y a quien va a ser feliz con ello, y que nos movamos por la niñez que todavía vive con emoción dentro de nosotros. Que apreciemos la Navidad con todo lo que representa, con todos los nuestros y con todos los que nos necesitan.

Sandra Ferrer Zapater

(Barcelona)