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El domingo pasado quisimos detener el tiempo por un instante para agradecer a Dios por el inmenso regalo de su vida y de su vocación. Cincuenta años de sacerdocio no son solo un número, son medio siglo de entrega generosa, de manos extendidas, de palabras que han sanado, de acompañamiento en momentos de alegría y en momentos de cruz. Son cincuenta años de camino compartido, de fe sembrada y de amor de Dios hecho visible a través de usted.
En cada parroquia donde ha ejercido su ministerio, ha dejado una huella que no se borra. Una huella de pastor cercano, de guía espiritual y de hermano en Cristo. Por eso, este domingo sus feligreses nos unimos para expresarle, con un pequeño gesto, lo que nuestros corazones sienten: gratitud, cariño y un profundo respeto por su fidelidad y por su ejemplo.
Quisimos regalarle dos signos muy especiales. El primero es un reloj, que no lo entregamos como símbolo del tiempo que pasa, sino como recuerdo de todo el tiempo vivido en fidelidad a su sí al Señor. Que cada vez que mire la hora, recuerde que detrás de cada minuto, cada día y cada año, hay muchas personas que han recibido consuelo, esperanza y fe gracias a su entrega.
El segundo regalo es una cruz con dos alianzas, signo de sus bodas de oro con Cristo, porque su vida sacerdotal es una historia de amor fiel con Aquel que le llamó y al que ha respondido cada día con generosidad. Que esta cruz sea para usted un recordatorio de que nunca ha caminado solo, Cristo ha sido siempre su compañero, su Norte y su fuerza, y a Él ha consagrado su vida.
Le pedimos a Dios que siga bendiciendo su camino, que le conceda salud, alegría y la gracia de seguir siendo testigo de su amor. Y que la Virgen María, Madre de los sacerdotes, le cubra siempre con su manto y le acompañe en cada paso de su ministerio.
Gracias, padre, por estos cincuenta años de luz, de fe y de amor. Gracias por ser pastor, amigo y guía. Gracias por recordarnos cada día que Dios camina con nosotros.
Con todo nuestro cariño, gratitud y bendición,
Sus feligreses de las parroquias de Cerreda, Vilar, San Esteban, Moura, Viñoás, Nogueira y Luintra, Ayuntamiento de Nogueira de Ramuín.
Sus feligreses
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