La Región
Tiranías
Quisiera puntualizar a Jota punto Noguerol, que ni pertenezco a una camada –no soy un perro, ni cualquier otro animal– ay; y tampoco pertenezco al grupo de Los Silenciosos –no había nacido– ay, ay; ni mi apellido pertenece a “los grandes” de la ciudad, sino acaso a los “pequeños” de la provincia, ay, ay, ay.
El acto de homenaje a Julio López Cid, fue un homenaje familiar, un homenaje de sus sobrinos, que se habrían bastado para hacerlo muy brillantemente como quedó de manifiesto, y ahí sobrábamos los que fuimos invitados a participar, que sólo éramos amigos de Julio, y que no hicimos sino lastrar el acto, aunque el mero hecho de haber participado hubiese sido un honor. Por otra parte, los homenajes, como nos recuerda Ben Cho Shey desde su epitafio, hay que hacerlos en vida. “Lo demás es lo otro; viento triste,/ mientras las hojas huyen en bandadas”.
Respecto al poema presentado por Valente a los juegos florales de 1956, debo recordarle a Jota punto, que Valente ya había obtenido el premio Adonais en 1954; es decir: había conseguido el más alto galardón poético al que se podía acceder en la España de los 50, dos años antes, ay. Pero la ciudad no se había enterado, ay, ay, ay.
Para agradar a su padre, para que su padre se sintiese orgulloso –tal y como explica Julio López Cid en "Sombra tendida"–, Valente había decidido presentarse a unos juegos florales provincianos, para que todo resultase convenientemente entendible por parte de todos, convenientemente accesible. El resultado ya lo sabemos: Cunqueiro –que era algo tan natural como ser galleguista y falangista–, privó del premio a Valente en favor de un camarada “de entre todos el mejoooor, siempre juntos camináaaaabamos al redoble del tamboooor”.
Esa humillación gratuita y malintencionada truncó muchas cosas, tal y como explica Julio López Cid una vez más.
Parafraseando a Def con Dos: “Hay que leer maaaás, hay que leer mejoooor”.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
La Región
Tiranías
La Región
Escola do rural e infancia
La Región
CARTAS AL DIRECTOR
Gracias por tanto doctor
La Región
CARTAS AL DIRECTOR
El imperialismo contra el derecho