De Vilanova a Vilatuke, una batucada en Celanova

SANTUARIO DE O CRISTAL

Vilatuke es el nombre de la nueva escuela de batucada que ha creado cantera en Vilanova dos Infantes (Celanova), donde músicos veteranos y amateurs comparten ritmo y risas en los locales parroquiales del Santuario de O Cristal.

lntegrantes de la escuela de batucada de Vilanova dos Infantes, en Celanova.
lntegrantes de la escuela de batucada de Vilanova dos Infantes, en Celanova. | Iago Cortón

Los locales parroquiales de O Cristal, en el concello de Celanova, han visto alterado su habitual silencio y sosiego por los ritmos, la percusión y la complicidad que, los sábados por la tarde, comparten los integrantes de Vilatuke.

La escuela de batucada de Vilanova dos Infantes nació hace unos meses par dar salida a las inquietudes de un grupo de vecinos del lugar y se ha convertido en todo un fenómeno supramunicipal que roza el medio centenar de alumnos y la propuesta en firme de iniciar, en el mes de marzo, una sección infantil para menores con edades comprendidas entre los 6 y los 12 años. “Esto tenía un espíritu bastante más pequeño, se nos ha ido de las manos”, reconoce Toño Sousa, presidente de la asociación vecinal Gutier Menéndez, que, en colaboración con el colectivo juvenil Adolfo Enríquez, se propuso crear un taller de batucada como una actividad lúdica más en el seno de la parroquia.

Ensayo de Vilatuke en el local parroquial en O Cristal.
Ensayo de Vilatuke en el local parroquial en O Cristal. | Iago Cortón

La batucada “era un nicho que no estaba ocupado en la zona y que estaba de moda. Además de que, a nivel de agrupación, no tenemos necesidad de conocer solfeo y es transversal, completamente. En Vilatuke tocan al mismo tiempo nietos y abuelos”, enfatizaba Sousa sobre un colectivo donde comparten surdos, repeniques, cajas y agogós veteranos músicos de la comarca y principiantes para quienes esta ha sido su primera incursión musical. “Siempre tuve ilusión y ganas de tocar un instrumento: pandereta, guitarra, gaita… Obviamente, nunca pensé en esto, la verdad. Pero surgió y aquí estamos, con muchas ganas de aprender y de enseñar nuestro trabajo también”, comentaba María Luisa Sousa. A su lado, Lorena Selas continuaba: “Si hay conocimientos es más facil, pero si le pones ganas e ilusión, todo sale. Un trabajo, una fiesta, una batucada…”. “Tenemos ansia y ganas… y la verdad es que lo pasamos muy bien”, añadía Rosa María Gil. Para Maite Estévez, la música y el canto forman parte de su vida, “pero la batucada ha supuesto una terapia total. Es algo diferente, que no había aquí y nos pareció oportunísimo, porque además, está de moda”, apuntaba.

Tradición musical

Cuatro meses después de empezar las clases, la escuela cuenta con alumnos de diferentes parroquias de Celanova “y solicitudes de otros municipios”, traslada, gratamente sorprendido, el colectivo, enfantizando el agradecimiento tanto al Concello de Celanova, como a la Diputación de Ourense y a la parroquia que les cede el local de ensayo. “Ya estamos al límite”, reconoce Toño Sousa, quien de cara al próximo curso proyecta ofertar un curso de iniciación y otro de perfeccionamiento para adaptarse mejor a las necesidades del alumnado en particular y del colectivo en general y, quien sabe, dar el salto al mercado como grupo.

Por lo pronto, ya han actuado en el magosto de Vilanova, el pasado fin de semana en Barbadás, donde también da clases su profesor, el percusionista Alex Rodríguez, y este sábado animarán el pasacalles de comadres en la Villa de San Rosendo. “Vilatuke te espera!”, animan las integrantes, sobre un nombre que hace alusión a su origen, Vilanova. “Es una continuidad clarísima. Vilanova cuenta con una banda de música, una pequeña coral y ahora esta VilatukeVilanova, Celanova, es territorio de músicos”, concluía Sousa.

Contenido patrocinado

stats