El clima inestable provoca un mayor gasto en fitosanitarios

ECOAGRO

Los viticultores ourensanos asumen el incremento de costes, que apenas podrán repercutir al cliente

Una viña tras el granizo de finales de mayo en la comarca de Monterrei. (Foto: C.C.).
Una viña tras el granizo de finales de mayo en la comarca de Monterrei. (Foto: C.C.).

El nuevo episodio de tormentas en la noche del martes en la comarca de Monterrei ha vuelto a poner en alerta a los viticultores del territorio, que están viviendo semanas de inestabilidad climática. Tras el fuerte granizo de finales de mayo, que afectó a zonas muy concretas, los cambios elevados de temperatura y las tormentas en las últimas jornadas obligan a los productores a incrementar los tratamientos en los viñedos para evitar la propagación de enfermedades fúngicas, lo que también conlleva el aumento de los gastos en productos. “A climatoloxía de xuño foi inestable, non é favorable”, explica Lara Da Silva, presidenta de la Denominación de Origen Monterrei.

La última tormenta en Monterrei no llegó a causar grandes destrozos. “Non houbo afectacións importantes, a pesar de que estamos falando duns 26 litros por metro cadrado de chuvia e pedra de forma moderada”, apunta Da Silva. Eso sí, “é moi importante a partir de agora estar pendentes dos tratamentos fitosanitarios dado que as enfermidades fúnxicas poden proliferar e levar consigo a perda de produción”, remarca Da Silva.

Sulfatos y herbicidas

Ante esta situación, desde el Consejo Regulador recomiendan a los viticultores la vigilancia constante y que continúen “coas labores culturais que se viñan facendo nesta zona de poda en verde, esfollados e rozas”, añade la presidenta. Aunque en lo que va de año, con respecto al 2021, no se han aumentado mucho los tratamientos, sí que es cierto que muchas bodegas ya llevan una mano más de sulfato, mientras que otras están igual que el pasado año. Aun así el coste ha aumentado. El sulfato subió un 15% y los herbicidas -por poco que usen- se encareció en un 300%. Algunos productos de 20 euros ahora rondan los 80 euros, costes que soportan los productores y que no llegarán a repercutir en el cliente. Los viticultores calculan que para realizar un tratamiento en ocho hectáreas de viñedo se precisan entre 600 y 700 euros de productos.

Ahora, en Monterrei estarán alerta de cara a los próximos meses, claves para la producción de la vendimia, de la que Da Silva no hace estimaciones: “Aínda quedan moitos días, moitas condicións climatolóxicas. O que nos trasladan os viticultores e o que comprobaron os técnicos é que o viñedo, en principio, está en bo estado, seguindo o ciclo fenolóxico”.

Mildiu y heladas

Como la presidenta de Monterrei, en la DO Ribeiro tampoco quieren dar datos sobre la próxima vendimia. “Imos comezar agora con todo o proceso de inspección de viñedo para as vendimas e comezar a ter uns datos estimativos”, asegura Juan Manuel Casares, presidente del Consejo Regulador. Su territorio se vio afectado por mildiu, pero una afectación escasa. “Está repartido de maneira moi desigual e en principio non parece que cause grande danos. Por agora, parece que imos salvándonos das posibles incidencias”, señala.

Una situación similar viven en la Denominación de Origen Valdeorras, donde las enfermedades fúngicas por el momento están controladas. “Hai que ter precaución de dar tratamentos preventivos para que non vaia a máis, pero as previsións son óptimas”, explica José Luis García, presidente de esta denominación, quien espera una cosecha similar a la del 2021 o un poco menor debido a las heladas sufridas en el mes de abril. “Non afectou a moita extensión, pero algunhas viñas quedaron tocadas”, añade García Pando.

Un tiempo tan inestable que causa que José Manuel Rodríguez, presidente de la DO Ribeira Sacra, no se aventure a hacer estimaciones de cara a la vendimia de este año: “Con este tempo calquera prevé”, afirma. Eso sí, confía en que llegue la estabilidad y cesen los cambios de temperaturas y lluvias para “que haxa menos perigos de enfermidades e non teñamos que aumentar os tratamentos fitosanitarios”, remarca lamentando que “hai que estar constantemente botando sulfatos”, lo que repercute a ese incremento de gastos para los productores.

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