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Estambul y Pereiro de Aguiar están separados por más de 4.200 kilómetros. Si alguien tuviera que viajar entre los dos puntos, escogería el avión o, como mucho, el coche. Pero Alfonso Junco prefirió subirse a la bici y darle al pedal, en un “periplo” -como lo denomina él- que le llevó a cruzar siete fronteras con 55 años. Vecino de A Derrasa, ayer llegó a la plaza de Pereiro, donde fue recibido después de un mes de viaje.
“Fue recorrer toda Europa, desde el Bósforo hasta aquí”, resume Junco. Atravesó Turquía, Bulgaria, Serbia, Croacia, Eslovenia, Italia, Francia y España. Más largo que un Tour de Francia. Y no es la primera vez que se atreve a coger la bici para recorrer grandes distancias: “El año pasado salí de Pereiro y recorrí todo el perímetro de la Península Ibérica, con los Pirineos de por medio”, recuerda.
Para afrontar tantos días de esfuerzo físico “hay que tener un bagaje”, reconoce Junco: “Desde que era muy pequeño ya pertenecía a un grupo ciclista. Llevo toda la vida haciendo cosas de fondo”. En su mochila, además de una formidable resistencia física, apenas llevaba un par de mudas de ropa “y herramientas para solucionar problemas: pinchazos, hinchar ruedas…”. Ni trampa ni cartón: “No había nada más”.
Si cabe, una hoja de ruta con alguna idea de dónde poder alojarse. “Pero luego al final no es tan fácil, hay sitios muy poco turísticos, como Bulgaria, relata Junco, quien rememora cómo el idioma obstaculizó su logística en algunos puntos del trayecto: “En Turquía o en Bulgaria era un poco más complicado. Con unos kilómetros de antelación intentaba gestionar el lugar donde dormir, pero no siempre nos entendíamos. El inglés no siempre se habla”.
Llevar el nombre de Pereiro por toda Europa le llevó a pisar lugares que quedarán en su memoria. Como los arrabales de Estambul -”me pareció apasionante, aluciné”- o la ciudad de Montecarlo, donde pudo imitar a Fernando Alonso con su ciclo. “Mónaco me pareció de locos. Hice la famosa curva de la Fórmula 1, la que todo el mundo conoce”, cuenta Junco. Y Venecia, aunque allí tuvo que aparcar la bici porque está prohibido entrar con ella, ni siquiera llevándola de la mano: “Me parece un punto de los especiales. Es espectacular”.
El regidor de Pereiro, Luis Menor, recibió a Junco tras su larga aventura. “Lleva nuestro nombre, el año pasado por la Península Ibérica y este año, desde Estambul hasta aquí”, aplaudió Menor, quien celebró que Junco “promueve valores como el amor por la naturaleza, el deporte… Son mensajes muy positivos”. Además, anunció que, a raíz de estas aventuras, organizarán unas jornadas de cicloturismo entre los meses de septiembre y octubre “para fomentar este tipo de actividades”.
En la recepción de Junco también estuvo presente el deportista Alberto Cacharrón. Junco le dedica unas palabras de agradecimiento a quien calificó como “un gran aventurero”. “Le debo mucho”, dice, “porque me ha instruido y siempre me ha empujado y ayudado muchísimo”. Ahora, a por el siguiente reto.
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