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OURENSE DESPIDE A BENIGNO MOURE
El sacerdote don Benigno Moure fallecía este lunes a los 92 años después de una larga vida dedicada las acciones a favor de mejorar la calidad de vida de pequeños y mayores. Su capilla ardiente se abría este lunes a los vecinos en la residencia Santa Marta de Santa Cruz de Arrabaldo; y sus funerales se ofician este martes a las 16,30 horas en la Catedral de Ourense antes de ser conducido al cementerio parroquial de San Salvador de Arnoia, localidad de donde era originario y de la que era hijo predilecto desde 1995.
Moure nacía en Remuíño (Arnoia, Ourense) en 1932, en el seno de una familia cristiana y de origen agrícola. Cursó sus estudios de humanidades y filosofía en el Seminario Diocesano de Ourense, y completó su formación en la Universidad Pontificia de Salamanca, donde se licenció en Teología.
Su primer destino tras ordenarse sacerdote fue en Xinzo da Limia, donde desempeñaba tareas de coadjutor por orden del obispo de Ourense, monseñor Ángel Temiño Saiz; y en 1972 fue nombrado delegado Episcopal y director de Cáritas Diocesanas de Ourense. Desde este entidad, lideró proyectos como la Guardería A Casiña, que abrió sus puertas en el patio del Obispado ourensano antes de trasladarse a su actual ubicación en el barrio de As Lagoas. Su mano estuvo también tras la puesta en marcha de un club de los sordomudos, el centro de tratamiento de alcoholismo, colonias infantiles, cursos de formación para emigrantes, una segunda guardería infantil (La Milagrosa), las viviendas sociales de La Laguna y los primeros centros para personas mayores y con alguna discapacidad: comunidad de ancianos Las Lagunas, Residencia Nuestra Señora de la Esperanza, Centro Ocupacional Santa Catalina (en Cornoces), la Residencia Miño, Casa Grande de Maside, Residencia de Santa Cruz y As Flores.
Puesta en marcha en 1992, el trabajo de una de las mayores estructuras de atención a la tercera edad comenzó cuando, aún siendo director de Cáritas en la diócesis de Ourense, un grupo de mujeres se acercó a la entidad dispuestas a pagar una cuota para ser atendidas en un hogar de ancianos. A partir de esa petición, se tomó la decisión de crear una fundación que asumiera la responsabilidad de las actividades que venía asumiendo Cáritas.
Benigno Moure presidió la entidad desde su nacimiento y se estructuró un equipo con cuatro grupos de trabajo específicos: economía, relaciones públicas, obras y construcciones y promoción social. Durante años, el proyecto se desarrolló hasta convertirse en una red de 73 centros de referencia, con la única mácula de una condena judicial en 2008 por la aceptación de la herencia de una interna de sus residencias que posteriormente reclamó un familiar.
Superando su actividad los 32 años, la Fundación San Rosendo cubre hoy un amplio abanico de opciones asistenciales que van desde el propio alojamiento en residencias, un concepto pionero en 1992 cuando empezaron a funcionar, hasta una red de pisos tutelados donde los mayores pueden mantener su autonomía lo máximo posible.
En la actualidad, la fundación cuenta con 73 centros asistenciales, de los cuales 57 son residencias para personas autónomas y asistidas y otros 12, centros especiales para personas con problemas de movilidad. En ellas trabajan 2.230 personas, lo cual convierte a la fundación en uno de los motores del empleo en Ourense. En 2011, la presidencia fue asumida por José Luis Gavela, quien llevaba desempeñando las funciones de gerente desde 1999. Gavela comentaba este lunes que “el Patronato de la Fundacion San Rosendo, junto con el equipo directivo, asumen el compromiso de mantener vivo el legado que nos dejó don Benigno Moure”.
El presidente reconocía también que “hemos tenido la suerte de aprender a su lado sobre el impacto positivo que puede tener en la sociedad el buen hacer de la Fundación y vamos a seguir ese camino. Y lo vamos a hacer con su misma visión y con los valores que nos ha inculcado y que habitualmente resumía en ‘seguir dando vida a los años’. Además, contamos con un excelente equipo humano preparado para atender todas las necesidades y los retos presentes y futuros que se nos plantean”.
El trabajo a favor del bienestar realizado por Benigno Moure fue reconocido en vida con varios galardones, entre los que destacan la Medalla Castelao, que la Xunta le concedió en 1993 “por su labor social en beneficio de Galicia”. En 1995, su Arnoia natal le nombró hijo predilecto y le concedió su medalla de oro, algo que también haría el municipio de O Incio en el año 2003. Posteriormente, recibió la medalla de plata de Galicia.
Moure fue una de las primeras personas que vieron el potencial termal de la provincia de Ourense, y fomentó el crecimiento de ese recurso turístico y de salud a través de Caldaria. Su tierra natal fue su banco de pruebas, y allí puso en marcha en 1995 el balneario de Arnoia, que incluia un hotel y posibilidad de salidas culturales. A él le siguieron los centros termales de Laias en 2002 y Lobios, que abrió sus puertas en 2003.
La Fundación San Rosendo, de la que Benigno Moure era aún presidente de honor, dio una vuelta de tuerca a su política de residencias de mayores a finales de 2022, proponiendo centros más pequeños donde el residente puede mantener cierta autonomía, y compartiendo los lugares comunes. Actualmente, una docena de residencias, la mayoría en Lugo, optan por este formato. Ourense dispone de tres de ellas: en la ciudad, en Beariz y en Carballeda de Valdeorras.
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