La falta de las ayudas del Concello ahoga la labor social en la ciudad de Ourense

Alrededor de una decena de entidades sociales que prestan servicios a personas necesitadas o enfermas en la ciudad han dicho basta y planean salir a la calle ante su situación crítica. En las próximas semanas consultarán a sus socios para trazar una hoja de ruta, ya que el Concello de Ourense lleva tres años sin darles las subvenciones clave para desarrollar proyectos para la lucha contra la exclusión social, la pobreza o el tratamiento de enfermos con pocos recursos.

En 2022, el programa de subvenciones a asociaciones y entidades sin ánimo de lucro en materia de servicios sociales dejó fuera a 11 entidades que cumplían los requisitos por falta de presupuesto. Un año después, en 2023, otras 11 quedaron de nuevo excluidas, y ahora en 2024 esta cifra se ha elevado a 14. Lo más grave es que el Concello había prometido resolver la situación y dotar partidas para las que se quedaron fuera.

“El concello nos está haciendo un agujero en las cuentas”, lamentan las entidades sin fondos

Este pasado mes de septiembre, la oposición facilitó al gobierno local aprobar 90.000 euros vía modificación de crédito para al menos hacer que en este 2024 nadie quedase fuera, pero la inacción municipal hace que no se haya resuelto. De hecho, ni aunque hubieran incorporado esa cantidad llegarían a cubrir a las que se quedaron fuera en 2024.

El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, les ha transmitido que la responsabilidad no es suya, sino del interventor municipal. Pero esconde que la ausencia de presupuestos, que ha renunciado elaborar en los últimos cinco años, ha hecho que la partida, de 325.000 euros, se mantenga invariable. Es más, es la misma cuantía que tenía el Concello en 2019.

Es tal la crisis que siete asociaciones afectadas se reunían ayer de urgencia para estudiar medidas conjuntas a tomar, e incluso hablaron con los grupos de la oposición para trasladarle su preocupación. Posteriormente, el alcalde convocó de urgencia una junta de portavoces, pero no aseguró los pagos.

“Atendemos a persoas enfermas e tres anos son moito tempo e moitos cartos, que fagan o que sexa”

Mientras, las asociaciones están cansadas. Algunas se plantean cerrar, otras suben las cuotas a sus socios. Viven al límite. “Nos pidieron la justificación de 2022, pero no nos han pagado. Se aprobó una modificación de crédito pero no ha llegado, nos quedamos fuera en 2022, 2023 y 2024, y solo por falta de fondos, no por no cumplir lo que nos piden, a ver cómo planificamos ahora 2025”, lamenta Pazo Gómez del Valle, presidenta de Asociación Diabética Auria.

Miguel Ángel Quintas, presidente de Discafis (Federación de asociaciones de personas con discapacidad de Ourense) relata que “nos dijo en 2022,y en 2023 y ahora en 2024 que habría ampliación de crédito e íbamos a cobrar, pero nada. Seguimos sin noticias…”.

Un tercio del presupuesto

Discafis, Alcer, Affou, Diabéticos Auria… Son muchos afectados. “Casi siempre somos las mismas las que quedamos fuera, generalmente asociaciones pequeñas que planificamos pequeños proyectos. Si nos quitan un tercio de nuestro presupuesto… ¿cómo desempeñamos nuestro trabajo?”, se pregunta Gómez del Valle, que advierte que están en riesgo después de 22 años de servicio: “Si no llega el dinero, tendremos que prescindir de muchas actividades”.

“Nos dice que el dinero está retenido por el interventor”, añade Quintas, “pero lo dicen año tras año”, lamenta el presidente de Discafis, resignado: “Nos dijeron que se iba a solucionar, siempre lo dicen pero se acaba este año y seguimos igual”. Actualmente, “vivimos de las cuotas de socios, pero no llega, muchas están adelantando mucho dinero y se plantean cerrar”.

En Affou, asociación que ofrece terapia a personas con fibromialgia o fatiga crónica, la trabajadora social Leticia Vila es crítica: “Non vemos unha solución, esperamos recabar o apoio das que si cobraron”. En su caso, incide, “estamos prestando servizos que a Seguridade Social non cubre, moita xente non pode ir a un fisio e pagar 30 euros, e damos un apoio psicolóxico”. Están ahogados. “Tivemos que subir as cotas de socios, recortamos gastos porque non damos, ata estamos sacando lotería para recadar”.

La idea de AFFOU, recalca Vila, es “non pechar” y buscar otros recursos, pero tres años es una losa importante. “Pásanse a pelota e a casa sen varrer, bótanlle a culpa ao interventor, pero nós seguimos sen cobrar”. Tienen decidido “non quedar de brazos cruzados” porque, recuerda, “atendemos a persoas enfermas. Son tres anos, moito tempo e moitos cartos”.

“Jarro de agua fría”

Para Alcer, ha sido un “jarro de agua fría”, dice Carmen Dorado. Quedarse sin fondos para su proyecto para atender a enfermos renales sin recursos ha sido duro. “Adelantamos el dinero todo el año y esperábamos que no volviera a repetirse, llevan dos años en el Concello diciendo que se va a solucionar, pero volvemos a quedar fuera”.

La paciencia, advierten, se agota: “Nos están dejando un agujero en las cuentas considerable”.

La oposición exige a Jácome soluciones y que pague el dinero prometido

La concejala del PP Noelia Pérez solicitó que se abonen las subvenciones pendientes de los años 2022 y 2023 “despois da promesa que fixo o goberno municipal en decembro de 2022 de que ía dar unha solución a estas entidades, que fan un gran labor na sociedade, dando resposta ás necesidades dos cidadáns alá onde as administracións non chegan”.

Desde el PSOE, Natalia González exigió una “solución urxente” al “caos económico” del Concello que “afoga” a las entidades sociales. “Pedimos que, ao igual que finalmente se cambiarán as bases de libros e comedor escolar, se faga cos bases da convocatoria de subvencions a entidades do terceiro sector”.

En el BNG, Rhut Reza volvió a lamentar que el gobierno local “non fai os deberes”. “Prometéronlles por activa e pasiva que ían recibir as de 2022 e 2023 e non foi así. O goberno non fixo un novo orzamento, o que hai está obsoleto. Estamos falando do pan da xente, persoas nunha situación crítica”.