El jabalí se muda a la ciudad de Ourense, su "hotel de lujo"

PROLIFERACIÓN DE EJEMPLARES

Cada vez es más frecuente ver jabalíes en lugares céntricos de Ourense y acostumbrados a la presencia humana. Los expertos lo achacan a que encuentran comida fácil y refugio de lobos y cazadores

Publicado: 03 oct 2024 - 06:55 Actualizado: 04 oct 2024 - 07:24

Dos ejemplares buscan comida en el césped junto al parque infantil del céntrico Parque Barbaña, en la ciudad (José Paz).
Dos ejemplares buscan comida en el césped junto al parque infantil del céntrico Parque Barbaña, en la ciudad (José Paz).

De la rotonda de Pura y Dora Vázquez a las inmediaciones de la Plaza de Abastos, pasando por la Avenida de Portugal. Estos son solo tres ejemplos de los enclaves de la ciudad en lo que se han avistado piaras de jabalíes en la última semana. Lo que comenzó como un problema que parecía afectar solo a las zonas periféricas de la urbe como Covadonga y Cruz Alta, ha ido ganando terreno y ya prácticamente ningún barrio de la ciudad se libra de la presencia de estos mamíferos.

En Ourense, zonas como la Avenida de Portugal y el entorno del río Barbaña son los puntos con mayor presencia de piaras de jabalíes en las últimas semanas.

Ayer mismo, a plena luz del día, tres ejemplares de la especie destrozaron un jardín situado en las inmediaciones del río Barbaña ante la mirada de los vecinos. Hace unas semanas, otro trío caminaba en procesión delante de la Policía Local en la Avenida de Portugal en una escena que hasta tenía cierta vis cómica, pero que esconde una realidad ya instalada a nivel global y de la que Ourense es un claro ejemplo: los jabalíes han invadido las ciudades y lo han hecho para quedarse.

Biólogos y cazadores señalan que los porcos salvajes desembarcan en la ciudades en busca de comida y agua, además de escapar de sus principales depredadores.

Los expertos apuntan a varios factores que explican esta “conquista” de los entornos urbanos por parte de los jabalíes. El primero y más importante es el abandono de las zonas rurales. “Cuanto menos se cuide y más se reduzca en el entorno rural, más presencia de jabalíes habrá en las ciudades. Si no tienen comida, si no tienen agua bajarán a buscarla a las ciudades”, apunta Rosa Más, bióloga de la plataforma Defensa Animal. En la misma línea se expresa, Antonio Mota, secretario de la Unión de Tecores e Cazadores de Galicia (Unitega), que señala la buena vida que encuentran estos animales en las ciudades, que convierten su propio “hotel de cinco estrellas”, “descubren un ambiente más cálido, tienen comida y agua en abundancia en basuras, jardines para destrozar y un lugar donde vivir tranquilos y alejados de sus dos únicos depredadores: el lobo y el cazador”, señala.

La llegada del porco salvaje a los entornos urbanos está provocando que los animales pierdan el miedo al ser humano, algo que los expertos califican de “muy peligroso”.

Como bióloga, Rosa Más también destaca otro aspecto a resaltar que explica esta migración del porco salvaje hacia las urbes: su “extrema inteligencia”. “Es un animal tremendamente resiliente y con una gran capacidad de adaptación y esto le lleva a buscar la supervivencia y esta es más fácil para ellos en la ciudad. Además, son una especie omnívora, por lo que prácticamente se alimenta de todo y de ahí que incluso haya ejemplares sobrealimentados. Esto provoca un aumento de su colesterol que también que tiene como consecuencia un aumento de su reproducción”, apunta sobre el crecimiento considerable de la especie.

Tanto animalistas como cazadores ven difícil situación a esta problemática ante el fracaso de medidas como la esterilización o la caza libre.

Pero no se debe “cargar la culpa” de todo esto solo en la naturaleza del animal, la gran parte de responsabilidad es humana. Además de destrozar su hábitat natural, los biólogos coinciden en otros errores comunes del ser humano como “alimentar a los animales o dejar residuos que los jabalíes pueden comer donde no se debe”. Antonio Mota apunta otro factor y es el crecimiento de las ciudades y el mal cuidado de algunas zonas. “Hay ejemplos en que la invasión es al contrario y somos los humanos a través de la construcción los que nos metemos en su hábitat. Otro aspecto es la falta de cuidado de algunos concellos que no desbrozan las zonas con más maleza y los suídos aprovechan para instalarse en ellas”.

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