Mayka y Paloma, dos ourensanas que superaron el cáncer de mama con la mejor aliada: la amistad

DÍA MUNDIAL DE LA LUCHA CONTRA EL CÁNCER DE MAMA

Las amigas ourensanas Mayka y Paloma comparten más de lo que algún día imaginaron: ambas superaron la enfermedad. La segunda, también un linfoma de Hodgkin. Coinciden en el apoyo de los suyos como clave en el proceso

Publicado: 19 oct 2024 - 06:55 Actualizado: 19 oct 2024 - 10:47

Paloma, a la izquierda, visita a Mayka en el hospital durante uno de sus ingresos.
Paloma, a la izquierda, visita a Mayka en el hospital durante uno de sus ingresos.

Dicen que una conversación, una llamada o un simple mensaje de WhatsApp te puede cambiar la vida. Para Mayka Novoa ese aviso fue un diagnóstico de cáncer de mama hace seis años, una noticia que desde el principio afrontó convencida de que no iba a empañar su postura vital. “Creo que acerté en mi actitud, me dije a mi misma ‘voy a pelear por vivir y por estar bien”, cuenta.

Además de su talante positivo, natural en ella, explica Mayka que otra de las claves durante el tratamiento de la enfermedad fue la actividad deportiva y la comunidad, especialmente de mujeres, que se formó en torno al running, que practicaba por aquel entonces. “La gente que hacemos deporte tendemos a ser más empáticos y basta que surgiera algún conflicto, especialmente de salud, como esta enfermedad, para que las demás nos hiciéramos fuertes con ella”, explica.

Mayka, segunda por la derecha, con el grupo con el que ascendió el Monte Tubqal.
Mayka, segunda por la derecha, con el grupo con el que ascendió el Monte Tubqal.

Superado el cáncer de mama el cuerpo le pedía recuperar la actividad física, “que mantuve durante la enfermedad, en la medida de lo posible”, haciendo frente ahora a nuevos desafíos. “Una ONG que construyó una escuela en Marruecos -explica- quería formar un grupo de mujeres para formar parte de un reto: subir el monte Tubqal”, la montaña más alta del país africano. Al final, recuerda Mayka, fueron ocho mujeres. “Habíamos tenido todas cáncer de mama menos una, que lo tuvo de ovario. Con esta iniciativa queríamos demostrar que después de cáncer hay vida, puedes seguir haciendo deporte, superándote”.

Mayka, en el monte Tubqal.
Mayka, en el monte Tubqal.

A su regreso, le esperaban en Ourense dos noticias que a nadie le gusta oír: el diagnóstico de nuevo de la enfermedad, en este caso un linfoma de Hodgkin. Era 2020, y mientras lo asimilaba y afrontaba - “este fue mucho peor, se complicó bastante y me limitó mucho”-, su amiga Paloma le comunicó que en un cribado del Sergas le habían diagnosticado cáncer de mama. “Quizás es por mi forma de ser, pero siempre he pensado que la enfermedad está ahí, un obstáculo que hay que salvar. La vida es así, no siempre es fácil”, reflexiona Paloma Trapote.

"No me sentí sola"

En aquel momento hacía tiempo que las dos formaban parte de la iniciativa “Ahora corro YO”, un grupo definido por la sororidad “para movilizar a las chicas que querían salir a correr pero solas no se atrevían”. Fue aquí donde Mayka y Paloma encontraron el mejor grupo de apoyo que jamás habrían imaginado. “Me acompañaron a todas las sesiones de radioterapia, fue algo espectacular, lograron que nunca me sintiese enferma ni sola, dieron su tiempo y energía por mí y eso nunca lo olvidaré”, recuerda Paloma. Hay días, explica, “que te ves fuerte como una montaña y otros como una arenita de la playa y necesitas que te digan ‘venga, a por todas’, y te de un pellizco en el corazón”. Comparte Mayka la importancia de pasar por este proceso rodeada de un entorno que te arrope. “Reflexionando hace un tiempo, llegué a la conclusión de que mi impulso fue el amor por los míos: por mi madre, mi hijo y mis amigas, que siempre me decían ‘vas a salir adelante”.

Mujeres del "Ahora corro YO", con Mayka, de rojo, y Paloma, tercera por la izquierda.
Mujeres del "Ahora corro YO", con Mayka, de rojo, y Paloma, tercera por la izquierda.

El grupo “Ahora corro YO” se deshizo con el tiempo y una pandemia que nos encerró a todos, pero el deporte sigue siendo una rutina diaria en sus vidas. “Lie a Mayka para apuntarnos y vamos todos los días, es la mejor terapia: entras con tus problemas y te vacías, vuelves con otra energía”, cuenta Paloma. Es fundamental, insiste, no encerrarse y sociabilizar mientras la enfermedad está presente. “Puede ser el gimnasio, dar un paseo, tomar un café, pero hay que estar activas. Para mí, es fundamental”, concluye.

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