Tres municipios de Ourense tuvieron menos de 10 nacimientos en la última década

Los habitantes autóctonos cada vez escasean más en la provincia. En el año 2023, ninguno de los 92 concellos ourensanos tuvo un saldo vegetativo positivo, es decir, en todos murieron más habitantes de los que nacieron, según muestran los datos del Instituto Galego de Estadístico. Esto se debe a dos factores: una población muy envejecida y la falta de nacimientos.

Esta última variable queda patente si uno analiza el número de nacimientos en la provincia entre 2014 y 2023. Hay tres concellos en los que nacieron menos de 10 bebés, es decir, menos de uno al año de media. Se trata de Pontedeva (9), Gomesende (9) y A Teixeira (6).

El 43% de nacimientos desde el año 2014 se registraron en la ciudad, situación que pone en jaque al rural de la provincia

En este último municipio no se ha producido ningún nacimiento desde el año 2018. Situación parecida ocurre en Gomesende, donde no hubo nacimientos en cinco de los diez últimos años. En este sentido, cabe resaltar que en cinco concellos no se produjo ningún nacimiento en 2023: Os Blancos, Parada de Sil, A Teixeira, Gomesende y Rubiá.

Sin embargo, en el resto de la provincia el panorama no es mucho más alentador. Solo en 17 de los 97 concellos hubo al menos 100 nacimientos desde 2014, es decir una media de 10 al año. Lidera la lista la ciudad, con 6.748, seguida de O Barco de Valdeorras (939) y Barbadás (798).

De hecho, de los 15.767 nacimientos en la última década en la provincia, el 42,79% fueron en la ciudad. Esta estadística pone en jaque al rural que necesita urgentemente medidas para no quedar totalmente despoblado, ya que la tendencia actual es demoledora. El campo se ha ido vaciando en las últimas décadas debido a que sus habitantes, especialmente los jóvenes, se van a vivir a las grandes urbes.

Ante la falta de nuevos habitantes autóctonos, Ourense logró aumentar población gracias a la llegada de foráneos

Dificultades para ser padres

Analizar la realidad socioeconómica actual es imprescindible para explicar los problemas de natalidad. Los jóvenes sufren una inestabilidad laboral que les dificulta poder formar una familia, a lo que se suman los problemas para conciliar. Además, un factor clave es la complicación para acceder a una vivienda digna, condición sine qua non para poder tener hijos.

De hecho, este descenso en la natalidad provoca que la provincia necesite la llegada de inmigrantes para poder mantener población. De hecho, Ourense vuelve a rozar los 305.000 vecinos tras un verano en que se disparó la población foránea, especialmente venezolanos.